lunes, 4 de julio de 2016

CABUDARE Y SUS PATRONOS

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Cabudare y sus patronos

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Siempre ha existido la inquietud por saber las razones del porque Cabudare tiene en diferentes tiempos patronos o patronas. Algunos oficialmente y otros que por la sabiduría del pueblo, pues tomaron el espacio que los habitantes de Cabudare consideraron merecían.
Empezaré por aclarar que antes que Cabudare se empezara a organizar como pueblo, antes de 1.818, los hacendados tenían sus propios santorales que asistían y veneraban en sus fincas y haciendas. Cada cual traía de sus pueblos de origen o de sus antepasados esa experiencia y herencia espiritual.
Hubo oratorios y pequeñas capillas en las viejas posesiones de Las Cojobas, El Taque y Bureche en donde por decisión de los dueños se construyó oratorio, en vista de no existir pueblo organizado, sino caseríos, que dependían de la vida económica de esas propiedades. No fue sino hasta 1.818 cuando los propietarios de las haciendas vecinas al Cabudare que conocemos tuvieron la oportunidad de ponerse de acuerdo para designar el patrono de Cabudare. En primer término en la histórica reunión del 27 de enero y luego cuando se le denomina oficialmente parroquia a Cabudare el 1 de Abril, ambas fechas en ese año.
Acordaron colocar la parroquia bajo el patronato de la Virgen de la Candelaria y es fácil saber que fue debido a que la mayoría de canarios que poblaban esta parte del valle impuso dicho patronazgo. También deciden colocar bajo la advocación de San Juan Bautista a la iglesia, lo que complació más al pueblo de a pie que vivía en el territorio de Cabudare. Ya existía desde 1.797 la capilla de la hacienda del Alférez Real Juan José Alvarado de la Parra en honor a Santa Bárbara (hoy, el templo religioso más antiguo de Cabudare) que fue destruida por el terremoto de 1.812 y empezada a reconstruir en 1.815 y que sirvió de primera sede de la parroquia de Cabudare, pues no fue sino hasta 1.834 cuando se terminó de construir la iglesia matriz de Cabudare, prometida en 1.818 y que fue inaugurada en 1.835. Además a partir de mediados del siglo XIX, con la expansión de Cabudare y la consolidación de Pueblo Arriba, llega la devoción a San Rafael Arcángel, quien vendría a competir en querencia con el Bautista. Solo falta sumar a esta espiritualidad compartida a San Antonio, quien a pesar de no tener capilla a su nombre, tiene gran ascendencia por el tamunangue.
A todos estos santos habría que sumar las devociones a la Virgen del Carmen, que tuvo Cofradía en Cabudare y El Nazareno, santo muy querido y quizás una de las imágenes más antiguas de Cabudare.   
Además San Juan Bautista en pueblo abajo y San Rafael en pueblo arriba han tenido sus Fiestas Patronales, que competían en alegrías y que hasta los años sesentas crearon conflictos entre los habitantes de las dos partes. Recordemos del puente San Nicolás hacia el oeste es Pueblo Arriba” y hacia el este “Pueblo Abajo”. Ya esas diferencias terminaron y también las fiestas.
Con el pasar de los años y la ida de los hacendados canarios, La Candelaria pasó a un segundo plano y San Juan Bautista tomó la batuta como santo principal del pueblo. Las actividades religiosas de todos los santos nombrados a mermado al punto que apenas el día de cada santo hay actividades: San Antonio el 13 de junio, San Juan el 24 de junio, San Rafael el 24 de Octubre, Santa Bárbara el 4 de Diciembre, la Virgen del Carmen el 16 de julio y el Nazareno el miércoles Santo.
Ya pasaron los tiempos de fiestas con carruseles, toros coleados, templetes, fuegos pirotécnicos y la alegría de los cabudareños de encontrarse en esas fechas.

¿Será que se acabaron las promesas a favor de nuestro pueblo?, ¿Cuánto ha mermado la fe católica que no puede encontrarse en torno a sus santos y fiestas?. A estas preguntas deben buscarle respuestas aquellos que viven y conviven alrededor de la fe cristiana y que saben que la espiritualidad es parte de los pueblos. Oro e invito a orar a los cabudareños a todos los santos por esa respuesta.


Virgen de La Candelaria. Patrona oficial de Cabudare


San Juan Bautista. Patrono sentimental de Cabudare


Procesión de Santa Bárbara, en la capilla que lleva su nombre, ubicada en la entrada de Cabudare. Los 4 de Diciembre, este espacio se llena de fe y tambores.


Capilla de San Rafael Arcángel de Pueblo Arriba, quien le disputaba a San Juan Bautista las fiestas patronales más alegres y religiosas.


Otro venerable de Cabudare. El Nazareno. Imagen traida a Cabudare antes de la construcción de la iglesia San Juan Bautista


San Antonio de Padua. Santo muy querido en Cabudare por la influencia de los tamunangueros y muchos de los primeros habitantes del Cabudare a finales del periodo colonial.


La imagen nueva de San Juan Bautista de Cabudare.


El Nazareno es el santo que más gente trae en Semana Santa a Cabudare. Los cabudareños se reencuentran en torno al miércoles santo.


Salida del Nazareno de la iglesia San Juan Bautista. Como siempre a un costado vigilante, el albaceas de la imagen, Domingo Antonio Brito


En todo su esplendor, el Nazareno de Cabudare


San Juan Bautista y San José

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sábado, 2 de julio de 2016

CABUDARE Y SU GENTILICIO


CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Cabudare y su gentilicio

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

A través de los tiempos nombrar a las personas por su gentilicio ha sido motivo de orgullo, pues es el reconocimiento a la tierra donde se nace. Así conseguimos dentro de Palavecino a los palavecinenses y en algunos casos ejemplos dignos de concurso. Por ejemplo: De La Piedad, piadosos; de El Tamarindo, tamarindenses, de Coco ´e mono; coquenses o conoemoneros; de El Palaciero, palacierenses o palaciereños, de La Aguada, aguadeños y muchos más que cada escuela y comunidades deberían investigar y promover para su conocimiento y uso.
El caso de los cabudareños es lo que nos ocupará en las próximas líneas, más que por su denominación gentilicia, por los valores intrínsecos subyacentes en las personas nacidas en nuestra tierra y aunque los tiempos han cambiado, vale destacar ciertos valores que pueden ayudar a preservar y en algunos casos, rescatar las bondades de los hombres y mujeres nacidos en Cabudare.

Es en el ensayo de 1.883 de Juan de Dios Melean donde por primera vez se hacen públicos rasgos característicos de los cabudareños. Al respecto dice “…los cabudareños son valientes, hospitalarios, generosos, sociales, complacientes, enemigos del despotismo, amantes de la libertad, no tienen nada de vengativos.” En primera instancia, esta observación de Melean (que vivió toda su vida en Cabudare) demuestra el espíritu de los cabudareños. Melean escribe con respecto a la llegada de Bolívar a Cabudare el 10 de noviembre de 1.813 “…hizo su entrada a Cabudare en medio del general contento de sus hijos, que desde la víspera habían salido a su encuentro, adornando sus sombreros con divisas tricolores… privados del derecho de fabricar pobres cabañas en que albergarse… e impetraban en nombre de la libertad de la América la licencia necesaria para edificar un pueblo...”. Sin duda se refiere al pueblo de a pie. No creo que Melean hubiera obviado a algún importante hacendado o propietario si hubiese estado allí a la llegada del Libertador. De hecho hay pruebas de que algunos como el Alferez Real Juan José Alvarado, sabiendo la llegada de Bolívar, marcharon a Coro.


Muchos valientes cabudareños de ese tiempo se incorporaron al ejército Libertador, sobresaliendo Cristóbal Palavecino y José Gregorio Bastidas. Igualmente en la Guerra Federal tuvo participación protagónica con Nicolás Patiño, Aquilino Juáres y otros. 

En la actualidad y desde principios de los sesenta con la construcción “del nuevo Cabudare”, entiéndase: Barrio Ajuro, Pueblo Nuevo, La Mata, Las Acacias, Banco Obrero, Daniel Carias, Los Pinos y luego las “nuevas urbanizaciones”, empezó la llegada de familias que buscando mejores posibilidades vinieron a vivir a esta tierra. De diferentes partes del Estado Lara y Venezuela se empezó a recibir la influencia masiva de la idiosincrasia e identidad de los nuevos habitantes; con sus costumbres y espiritualidades que fueron impregnando la vida de la sociedad cabudareña. 

Si es cierto que el gentilicio de cada pueblo viene dado por una denominación particular, también se va forjando con el quehacer diario. Con su trabajo, con el reconocimiento de las potencialidades, con el respeto a su gente, a la naturaleza y a las leyes. Con las relaciones que se desarrollan en la vida cotidiana. Con los gobiernos del terruño y el pueblo, que apartando preferencias y diferencias deben entender que todos jugamos un papel en la patria chica. 

Es digno de un estudio socio antropológico el caso de Cabudare, por lo acelerado del proceso. Daría pistas a los gobiernos municipales para las políticas de integración real de todos los que vivimos aquí. Haría entender al “nuevo” y “viejo” cabudareño, que es necesaria la suma de voluntades para convertirnos en lo que todos los gobernantes municipales han intentado, unos más que otros; un espacio que dignifique la vida, con respeto a las diversidades. Sería un hermoso regalo para Cabudare. ¿No creen ustedes?.



El amor por lo nuestro forma el gentilicio


La amistad como valor de los cabudareños


Sembrar en los niños la identidad con el pueblo


La música, rasgo de lo nuestro


El compañerismo como virtud


El tamunangue, la música que representa a Cabudare


La hermandad forjada en el compartir diario. Los hermanos Parra.

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