domingo, 1 de marzo de 2015
CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES
Américo Cortez
Cronista de Cabudare
Dedico al alma buena
de Roseliano Camero, que ahora toca en el cielo
Mauro Antonio Bravo López, nació
en Cabudare el 22 de agosto de 1.934, en el Barrio Turén, hijo de Rafael Ramón
López Silva y María Toribia Bravo. Estudió primer y segundo grado con las hermanas Ninfa y Olga Carrasco. Entra a la
escuela Ezequiel Bujanda, y terminando el sexto grado reciben en la escuela a
un profesor de música, que seleccionaba muchachos para estudiar en la Escuela
de Bandas Militares en Los Teques. En 1.950 ingresa a esa escuela, graduándose
en dos años como músico en instrumentos de percusión. Su primer trabajo fue en
el Cuartel Páez, estado Aragua. Durante cinco años, en Maracay, mejora sus
habilidades musicales y estudia saxo con los maestros Vicente Martínez y Olinto
Méndez. En 1.955 viene a Cabudare y empieza a formar parte de la Orquesta
Municipal de Acarigua, llegando a ser director de la misma. Paralelo a ello forma
parte de la “Tropical Melody” de los hermanos Carransa. Ese año, ya con los
conocimientos de saxofón viene en Semana Santa a su pueblo, para pagar una
promesa hecha por su madre: Por favores recibidos, que su hijo Mauro tocara en
la procesión del Nazareno de Cabudare. Cuentan quienes lo vieron ese día, la
emoción y orgullo de su madre.
Mauro nos cuenta que fue poco lo
que pudo tocar ese año, ya que los músicos que participaban en la semana mayor
no conocían las marchas religiosas que él conocía e igualmente Mauro no conocía
las que se interpretaban en Cabudare. Ese hecho lo hizo cultivarse en ese
género y además empezar a componer para sus paisanos cabudareños. Muchas de las
marchas de Mauro son dedicadas a personajes de su pueblo, por ejemplo: “Peter”
(a Peter Álvarez), “Al Chispa” (a su hermano), “Al Doctor Gómez” (farmaceuta
benefactor de Cabudare), “la Niña Socorro Meza” (beata cabudareña que dedicó su
vida a la iglesia), por supuesto “Al Nazareno” (con la cual arrancamos las
procesiones), quizás la más sentida por su pueblo.
Mauro ha formado parte de: La
Banda del Estado Lara (jubilado en 1.981), la Orquesta Típica Municipal de
Iribarren, la Orquesta Alegría (1.962), Los Caribeños (1.970), la Orquesta
Sensación y Mauro y sus All Star. En los últimos años se ha dedicado a grabar y
recopilar su música, interpretada por artistas de la talla de: Felipe Pírela,
Adelis Colombo, Peter Álvarez y otros talentos regionales. Hasta el momento van
6 producciones (en compacto) y al Proyecto Cultural Sarao le honra haber
producido 4, rescatando viejas grabaciones de acetato, como patrimonio musical
de Palavecino. Además se prepara un documental y una página web con su vida y
su obra musical. Aún falta grabar todas sus marchas religiosas, que se tocan
todos los años y forman parte patrimonial de la vida cristiana de nuestro
pueblo.
El valor fundamental de Mauro
Bravo es mantenerse 60 años (se cumplen este año 2.015) participando en la
Semana Mayor de su pueblo Cabudare. La mayoría del material que se interpreta
allí es de su autoría. Desde 1.955, año de la promesa a su madre hasta hoy, y
aunque todos los años amenaza con retirarse, todos sabemos que su amor por la
tierra que lo vio nacer, su cariño por el pueblo de Cabudare, harán que sus
fuerzas permanezcan. Así, los que lo acompañamos en procesión, pediremos al
Nazareno la fuerza que haga falta, para que siga coordinando a los músicos y soplando
el saxo tenor.
Sin duda, Mauro ha llenado de
música y de fe todas las procesiones conocidas en Cabudare, pero su devoción y su
alegría infinita está en Semana Santa, en el encuentro con sus amigos, en el
recuerdo de su madre buena que le inculcó el valor de la fe y la querencia por
su pueblo.
Una vez le dijo un paisano “Mauro
como vas a decí que Cabudare es el pueblo más bello del mundo, si esto es muy
feo” y Mauro ofendido le contestó “será para ti, pero para mí es lo más bello
del mundo”. Así quiere Mauro a Cabudare y nosotros se lo devolvemos con creces.
Américo Cortez