miércoles, 21 de octubre de 2015
CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES
La
Música y los Músicos de Palavecino
Américo Cortez
Cronista de Cabudare
“Bendito
el pueblo que ama a sus músicos, pues se ama a sí mismo”
Los artistas son la representación más genuina que puede
existir. Aún más, la música y los músicos son, casi siempre la representación
más sentida de los pueblos. En el caso de Palavecino no podía ser distinto.
Partiendo de cómo pueden los músicos exaltar las emociones, describir sitios,
acontecimientos, protestar por carencias y hasta mantener viva la esperanza por
un amor y por un mundo mejor, los músicos son necesarios para la evolución de
los pueblos. Fueron y siguen siendo juglares que cuentan historias, que
reflexionan con sus letras y sus músicas.
Hoy, aún existen esos personajes que armados de sus
instrumentos y de sus voces se dedican a revitalizar la identidad y el sentido
de pertenencia. Este escrito es una aproximación a la música y músicos de
Palavecino.
No está, ni estuvo separada la vida musical de los sucesos
que a diario fueron transformando este territorio. La tardanza con que
Palavecino entró al siglo XX, también influyó en el desarrollo de la música en
nuestro pueblo. Cabudare, ciudad que
nació de la necesidad y las circunstancias, pueblo que no tuvo fundación formal
y que se fue poblando a la vera del antiguo Camino Real y las haciendas, en la
mayoría de los casos por personas traídas o venidas de otros lares. Por
desgracia, como en muchas partes, existen pocos testimonios de la música hecha
por los aborígenes que poblaron las tierras del hoy Cabudare, antes de la
llegada de los españoles a estas tierras. Solo algunos vestigios, encontrados
en restos de especies de guaruras y de pitos. El casi completo abandono y
hostigamiento a que fueron sometidos los indígenas que poblaron Palavecino, no
permitió quedaran huellas de su vida, menos musicales, ni siquiera recuerdos
borrosos.
Solo podemos hablar de la música y los músicos de Palavecino
a partir de mediados de 1.835 con la inauguración de la iglesia matriz San Juan
Bautista. Se sabe que en el oratorio de Santa Bárbara (1.797) se celebraba misa
y se cantaba y seguramente existía allí lo que se llama Maestro de Capilla, ya
que el Alférez Real Juan de Alvarado por su fortuna tenía esa posibilidad,
incluso de traerlo de otra población. Aún no se han conseguido documentos que
lo certifiquen, pero podemos inferirlo, ya que entre otros, Nieves Juáres, padre
del General cabudareño Aquilino Juáres cumplió esa tarea en la mencionada
capilla en el siglo XIX. De igual manera a partir de la apertura de la iglesia
San Juan Bautista, el comienzo de las misas y procesiones se comenzó a usar la
música como elemento de acercamiento a las actividades naturales de la
religión. Se han conseguido escasos documentos sobre la actividad musical de
Cabudare para ese tiempo, centro de acción principal del hoy Municipio
Palavecino.
Cuando alguien pregunta ¿Cuál es la música autóctona de
Palavecino? Siempre contestamos que el Tamunangue y el golpe larense (llamado
tocuyano por ser de esa tierra). ¿Cómo podemos decir que esa música nos es
extraña?, es tan nuestra como del Tocuyo. Cuando los primeros músicos
convirtieron a Cabudare y a los demás caseríos aledaños en sus hogares, cuando
se realizaban las celebraciones en las casas de hacienda y en las fiestas
populares, cuando esos ritmos y canciones sonaron, comenzó a forjarse el
corazón musical de Cabudare y de Palavecino. Si, allí en ese momento nació la
música y los músicos de Palavecino. Fueron los peones, los trabajadores del
campo (traídos en su mayoría del Tocuyo y Barquisimeto), con las influencias e
identidad que tenían, como impulsaron,
sin querer, la música en estas tierras. Era su forma de acercarse a los pueblos
que habían dejado atrás, a sus razones, a sus recuerdos, sus esperanzas. Así
forjaron la identidad musical cabudareña.
En una próxima oportunidad seguiremos hablando sobre el
desarrollo de la música, a finales del siglo XIX y principios del XX en
Palavecino y de algunos personajes que la han enaltecido.
@proyectosarao (Octubre del 2.015)
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