martes, 20 de octubre de 2015

EL MUSIÚ ANTONIO. LA UVA Y LA TIERRA

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES
El Musiú Antonio. La uva y la tierra

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Dedico a la señora Carmen Eligia Martínez Medina. Fiel acompañante del sueño de un campesino.

La madre y la tierra son sin duda la conexión más espiritual que tiene un ser humano. En esa conexión nacen los sueños, los propósitos y el futuro que va forjando cada quien.
Fue eso lo que hizo que Antonio Martins dos Louros se encontrara en Venezuela con la tierra que había sembrado su madre en su corazón. En Cabudare se le llamaba “el musiú Antonio”. Había llegado a Venezuela el 4 de noviembre de 1.954. Venía huyendo de la vida militar que lo obligaba a hacer cosas feas en las colonias que tenía Portugal en Africa (Angola y Mozanbique), allí lo preparaban para enfrentar a los rebeldes independentistas y él pensaba que ellos merecían la independencia. Así desertó con otros 5 soldados y se embarcaron en un viaje que supuestamente los llevaría a Brasil, más llegó a La Guaira, a los 29 años. Al tocar tierra fueron engañados y asaltados, dejándoles sin dinero alguno. Con la ayuda de un paisano portugués, que tenía un bar en el puerto, pudieron seguir adelante. Él llegó a San Cristóbal y empezó a vender pan y leche. De allí a Barquisimeto.
Había nacido el 22 de diciembre de 1.924 en Pedreira, en el Condado de Oliveira do Bairro, en Portugal. De profesión agricultor. Nunca apartó de su mente trabajar la tierra. En Barquisimeto fue repartidor de la panadería Oporto desde 1.954.
Vendiendo panes en una moto conoció en Bararida a Carmen Eligia Martínez Medina, 18 años menor que él, hija de Abelardo Martínez, gran músico campesino y nativa de Santa Cruz de Bucaral, quien trabajaba en casa de Jesús Torrellas Alvarado. Terminaron enamorados y viven juntos desde 1.964. Se vienen a Cabudare ese año y viven en la esquina de la calle Juáres con Alvizu. Luego se mudan al sector La Juconasa, hasta que consiguió, a finales de los 60´s las tierras en el viejo camino a Terepaima, hoy llamado cerro de “las cucas”. Vendía panes (pecho e niñas, cachitos, piñitas) en Cabudare, Bobare, Baragua, Buena Vista, Santa Inés y Barquisimeto, en una moto con cajón. Sin embargo, su interés y su sueño era volver a sembrar. Había aprendido de su madre en Portugal a trabajar la tierra y el cuido de la uva. En el asentamiento campesino de La Mata le preparó el viñedo a Manuel Parada y a Vicente Iafrate.
Un cura italiano de Maturín le envió con Iafrate unas cepas francesas que no pegaban y el Musiu Antonio logró que produjeran una uva especial para hacer champaña. Este cura que conocía a Orlando Meléndez de la UCLA, le comunicó que “el musiú” los podía ayudar y en 1.974 comenzó a trabajar con ellos como técnico de campo en “el Instituto de la uva”, en Tarabana - Agua Viva. Con la UCLA estuvo desde 1.974 hasta 1.994, cuando le jubilaron. Logró que la UCLA le conectara la tubería del agua al sector La Uva. Igualmente ayudó al Instituto en el Tocuyo e intentaron llevarlo a Carora, pero no quiso, pues quería desarrollar su parcela.  
Sus hijos, todos cabudareños: Johnny, Fernando, Manuel, María, José Luís y Carlos Alberto y la señora Carmen le ayudaban a mantener la parcela. Aunque estudió hasta 4 grado en Portugal, tenía la ancestral sabiduría del campesino. Estuvo en la lucha social por las aguas de la quebrada La Mata. Le disgustaba la injusticia, era comunista de pensamiento, pero no militó. Tenía un profundo respeto por la tierra, la misma que en Portugal sembró en su corazón. El musiú Antonio, vendedor de panes, profundo conocedor de la uva, dejó una familia amorosa, que le recuerda con amor y respeto. Se casó con la señora Carmen el 24 de octubre de 1.999, después de una vida intensa y laboriosa. Un mes después cerraba los ojos para siempre, el 21 de noviembre. Decía: “el dinero es la maldición del mundo”, “la tierra de Cabudare es bendita, lo que se siembra se da”. Era fuerte de carácter, honesto, entregado a la amistad y a su familia, la misma que aún cuando comen las uvas que sembró en su parcela, sonríen, sabiendo que desde el cielo les bendice.


@proyectosarao  (Septiembre del 2.015)


El Musiú Antonio

En el Instituto de la uva. Ubicado entre Tarabana y Agua Viva. Su fama de conocer sobre la uva llegó a ser tan grande que todas las personas que querían sembrarla, lo buscaban para consultarle.

Con su madre, cuando volvió a visitarla en Portugal, 
quien le enseñó los secretos del campo.
En esta estampa se les ve disfrutando la vida campesina 

de Pedreira en Oliveira do Bairro

Con su pasión, la uva

Su cédula de ciudadano portugués de 1.924

En la calle donde nació en Portugal. En Pedreira.
Le acompaña su esposa. la señora Carmen.

En una navidad en familia. En la parcela. Preparando las hallacas

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