CABUDARE,
BUCOS Y MAMEYES
El Musiú Antonio. La uva y la tierra
Américo
Cortez
Cronista de
Cabudare
Dedico a la señora Carmen Eligia Martínez Medina. Fiel
acompañante del sueño de un campesino.
La madre y la tierra
son sin duda la conexión más espiritual que tiene un ser humano. En esa
conexión nacen los sueños, los propósitos y el futuro que va forjando cada
quien.
Fue eso lo que hizo
que Antonio Martins dos Louros se encontrara en Venezuela con la tierra que
había sembrado su madre en su corazón. En Cabudare se le llamaba “el musiú
Antonio”. Había llegado a Venezuela el 4 de noviembre de 1.954. Venía huyendo
de la vida militar que lo obligaba a hacer cosas feas en las colonias que tenía
Portugal en Africa (Angola y Mozanbique), allí lo preparaban para enfrentar a
los rebeldes independentistas y él pensaba que ellos merecían la independencia.
Así desertó con otros 5 soldados y se embarcaron en un viaje que supuestamente
los llevaría a Brasil, más llegó a La Guaira, a los 29 años. Al tocar tierra fueron
engañados y asaltados, dejándoles sin dinero alguno. Con la ayuda de un paisano
portugués, que tenía un bar en el puerto, pudieron seguir adelante. Él llegó a
San Cristóbal y empezó a vender pan y leche. De allí a Barquisimeto.
Había nacido el 22 de
diciembre de 1.924 en Pedreira, en el Condado de Oliveira do Bairro, en
Portugal. De profesión agricultor. Nunca apartó de su mente trabajar la tierra.
En Barquisimeto fue repartidor de la panadería Oporto desde 1.954.
Vendiendo panes en
una moto conoció en Bararida a Carmen Eligia Martínez Medina, 18 años menor que
él, hija de Abelardo Martínez, gran músico campesino y nativa de Santa Cruz de
Bucaral, quien trabajaba en casa de Jesús Torrellas Alvarado. Terminaron
enamorados y viven juntos desde 1.964. Se vienen a Cabudare ese año y viven en
la esquina de la calle Juáres con Alvizu. Luego se mudan al sector La Juconasa,
hasta que consiguió, a finales de los 60´s las tierras en el viejo camino a
Terepaima, hoy llamado cerro de “las cucas”. Vendía panes (pecho e niñas,
cachitos, piñitas) en Cabudare, Bobare, Baragua, Buena Vista, Santa Inés y
Barquisimeto, en una moto con cajón. Sin embargo, su interés y su sueño era
volver a sembrar. Había aprendido de su madre en Portugal a trabajar la tierra
y el cuido de la uva. En el asentamiento campesino de La Mata le preparó el
viñedo a Manuel Parada y a Vicente Iafrate.
Un cura italiano de
Maturín le envió con Iafrate unas cepas francesas que no pegaban y el Musiu
Antonio logró que produjeran una uva especial para hacer champaña. Este cura
que conocía a Orlando Meléndez de la UCLA, le comunicó que “el musiú” los podía
ayudar y en 1.974 comenzó a trabajar con ellos como técnico de campo en “el Instituto
de la uva”, en Tarabana - Agua Viva. Con la UCLA estuvo desde 1.974 hasta
1.994, cuando le jubilaron. Logró que la UCLA le conectara la tubería del agua
al sector La Uva. Igualmente ayudó al Instituto en el Tocuyo e intentaron
llevarlo a Carora, pero no quiso, pues quería desarrollar su parcela.
Sus hijos, todos
cabudareños: Johnny, Fernando, Manuel, María, José Luís y Carlos Alberto y la
señora Carmen le ayudaban a mantener la parcela. Aunque estudió hasta 4 grado
en Portugal, tenía la ancestral sabiduría del campesino. Estuvo en la lucha
social por las aguas de la quebrada La Mata. Le disgustaba la injusticia, era
comunista de pensamiento, pero no militó. Tenía un profundo respeto por la
tierra, la misma que en Portugal sembró en su corazón. El musiú Antonio,
vendedor de panes, profundo conocedor de la uva, dejó una familia amorosa, que
le recuerda con amor y respeto. Se casó con la señora Carmen el 24 de octubre
de 1.999, después de una vida intensa y laboriosa. Un mes después cerraba los
ojos para siempre, el 21 de noviembre. Decía: “el dinero es la maldición del
mundo”, “la tierra de Cabudare es bendita, lo que se siembra se da”. Era fuerte
de carácter, honesto, entregado a la amistad y a su familia, la misma que aún
cuando comen las uvas que sembró en su parcela, sonríen, sabiendo que desde el
cielo les bendice.
@proyectosarao (Septiembre del 2.015)
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El Musiú Antonio |
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En el Instituto de la uva. Ubicado entre Tarabana y Agua Viva. Su fama de conocer sobre la uva llegó a ser tan grande que todas las personas que querían sembrarla, lo buscaban para consultarle. |
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Con su madre, cuando volvió a visitarla en Portugal,
quien le enseñó los secretos del campo. En esta estampa se les ve disfrutando la vida campesina
de Pedreira en Oliveira do Bairro |
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Con su pasión, la uva |
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Su cédula de ciudadano portugués de 1.924 |
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En la calle donde nació en Portugal. En Pedreira. Le acompaña su esposa. la señora Carmen. |
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En una navidad en familia. En la parcela. Preparando las hallacas |
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