CABUDARE,
BUCOS Y MAMEYES
Cabudare y
su gentilicio
Américo
Cortez
Cronista de
Cabudare
A través de los
tiempos nombrar a las personas por su gentilicio ha sido motivo de orgullo, pues
es el reconocimiento a la tierra donde se nace. Así conseguimos dentro de
Palavecino a los palavecinenses y en algunos casos ejemplos dignos de concurso.
Por ejemplo: De La Piedad, piadosos; de El Tamarindo, tamarindenses, de Coco ´e
mono; coquenses o conoemoneros; de El Palaciero, palacierenses o palaciereños,
de La Aguada, aguadeños y muchos más que cada escuela y comunidades deberían
investigar y promover para su conocimiento y uso.
El caso de los
cabudareños es lo que nos ocupará en las próximas líneas, más que por su
denominación gentilicia, por los valores intrínsecos subyacentes en las
personas nacidas en nuestra tierra y aunque los tiempos han cambiado, vale
destacar ciertos valores que pueden ayudar a preservar y en algunos casos,
rescatar las bondades de los hombres y mujeres nacidos en Cabudare.
Es en el ensayo de 1.883 de Juan de Dios Melean donde por primera vez se hacen públicos rasgos característicos de los cabudareños. Al respecto dice “…los cabudareños son valientes, hospitalarios, generosos, sociales, complacientes, enemigos del despotismo, amantes de la libertad, no tienen nada de vengativos.” En primera instancia, esta observación de Melean (que vivió toda su vida en Cabudare) demuestra el espíritu de los cabudareños. Melean escribe con respecto a la llegada de Bolívar a Cabudare el 10 de noviembre de 1.813 “…hizo su entrada a Cabudare en medio del general contento de sus hijos, que desde la víspera habían salido a su encuentro, adornando sus sombreros con divisas tricolores… privados del derecho de fabricar pobres cabañas en que albergarse… e impetraban en nombre de la libertad de la América la licencia necesaria para edificar un pueblo...”. Sin duda se refiere al pueblo de a pie. No creo que Melean hubiera obviado a algún importante hacendado o propietario si hubiese estado allí a la llegada del Libertador. De hecho hay pruebas de que algunos como el Alferez Real Juan José Alvarado, sabiendo la llegada de Bolívar, marcharon a Coro.
Muchos valientes cabudareños de ese tiempo se incorporaron al ejército Libertador, sobresaliendo Cristóbal Palavecino y José Gregorio Bastidas. Igualmente en la Guerra Federal tuvo participación protagónica con Nicolás Patiño, Aquilino Juáres y otros.
En la actualidad y desde principios de los sesenta con la construcción “del nuevo Cabudare”, entiéndase: Barrio Ajuro, Pueblo Nuevo, La Mata, Las Acacias, Banco Obrero, Daniel Carias, Los Pinos y luego las “nuevas urbanizaciones”, empezó la llegada de familias que buscando mejores posibilidades vinieron a vivir a esta tierra. De diferentes partes del Estado Lara y Venezuela se empezó a recibir la influencia masiva de la idiosincrasia e identidad de los nuevos habitantes; con sus costumbres y espiritualidades que fueron impregnando la vida de la sociedad cabudareña.
Si es cierto que el gentilicio de cada pueblo viene dado por una denominación particular, también se va forjando con el quehacer diario. Con su trabajo, con el reconocimiento de las potencialidades, con el respeto a su gente, a la naturaleza y a las leyes. Con las relaciones que se desarrollan en la vida cotidiana. Con los gobiernos del terruño y el pueblo, que apartando preferencias y diferencias deben entender que todos jugamos un papel en la patria chica.
Es digno de un estudio socio antropológico el caso de Cabudare, por lo acelerado del proceso. Daría pistas a los gobiernos municipales para las políticas de integración real de todos los que vivimos aquí. Haría entender al “nuevo” y “viejo” cabudareño, que es necesaria la suma de voluntades para convertirnos en lo que todos los gobernantes municipales han intentado, unos más que otros; un espacio que dignifique la vida, con respeto a las diversidades. Sería un hermoso regalo para Cabudare. ¿No creen ustedes?.
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El amor por lo nuestro forma el
gentilicio
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La
amistad como valor de los cabudareños |
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Sembrar
en los niños la identidad con el pueblo |
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La
música, rasgo de lo nuestro |
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El compañerismo como virtud
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El tamunangue, la música que representa a Cabudare |
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La hermandad forjada en el compartir diario. Los hermanos Parra. |
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