CABUDARE,
BUCOS Y MAMEYES
Camarata. Entre hierbas y tijeras
Américo
Cortez
Cronista
de Cabudare
Dedico a Maritza Camarata, quien guarda con
celo, la sabiduría indígena que le dejó su papá.
La
segunda guerra mundial produjo una gran miseria en los países que participaron
en ella. En el caso de Italia, muchos cruzaron el Atlántico, para buscar una
mejor vida.
Desde la
región de Sicilia, del municipio San Cataldo, en la provincia de Caltanissetta
embarcó Giuseppe Salvatore Cammarata Lunetta. Aquí en Venezuela lo escribían
Canmarata. En Cabudare simplemente Camarata. Entró a América por el Amazonas y
allí convivió por 7 años con los Maco, Waco o Virú, etnia que se ubica por los
afluentes del Ventuari, Guapuchi, Yureba, Parú y Marueta. Él ya sabía su
destino, porque su hermano Gaetano partió primero y se ubicó, en Barquisimeto y
luego en Cabudare. Entre marzo y abril del año 58 llegó a Cabudare. Comenzaron
con un restaurante de comida italiana en la esquina de Bernal con Av.
Libertador. Con su hermano montó panadería y sastrería, oficios que habían
aprendido desde niños en Caltanisetta. Después una tienda de artículos varios y
a partir de los años 70´s se muda a la esquina Alvizu con Juan de Dios Ponte
(hoy Artesanías Casa Vieja), vendiendo ropa y calzados. Allí se dedicó al
trabajo de la sastrería.
Los
conocimientos adquiridos con los indígenas en torno a la medicina natural le
sirvieron para ayudar a mucha gente en Cabudare e incluso de otras poblaciones,
que en la medida que se enteraban le visitaban ante cualquier enfermedad. Su
trabajo era la sastrería y ayudaba al prójimo con la medicina botánica. Pócimas,
menjurjes y todo tipo de preparaciones que él llamaba medicina arbolaría, pues
le resultaba más efectiva, en muchos casos, que las hierbas. Con ello curó:
cáncer de diferentes tipos, a mujeres que no podían parir y otras dolencias.
Fueron
tomando fama los remedios de Camarata. Existen ejemplos de cabudareños y
cabudareñas que curaron completamente con las medicinas de este sabio.
Igualmente
practicaba la búsqueda de agua por Radiestesia Humana, técnica que se basa en
un hombre receptor y transmisor de energía, con circuitos y centros energéticos
en su cuerpo, que utiliza una horqueta. Decía Camarata: “se hace con zapatos de
suela o descalzo, nunca con calzado de goma, pues es aislante de la energía.
Cuando se consigue el agua se siente un hormigueo en las manos”. Todas estas técnicas y el uso adecuado de las hierbas
y arboles lo practicó con él su hija Maritza, quien desde los 15 años compartió
con su padre, los saberes ancestrales. Al final de sus días, era Maritza quien
se encargaba de las preparaciones. Nunca cobró por ello. Le decía a la gente lo
que tenía que buscar y les hacía la preparación.
Su pareja
de toda la vida fue Juana Pastora Escalona Montilla, de Loma de Terepaima. Se
enamoró de ella al conocerla por ser tan parecida a la hija del cacique de la
tribu Maco, quien quería casarlo con ella. Vivieron en la casa donde vivió sus
últimos años Héctor Rojas Meza, al lado de la Barbería Potosí.
Sus
hijos: Blas, Rosa, Ana María, José Alberto, Graciela, Liliana, Henry, Juan
Carlos y Ángel.
Además de
sus conocimientos en botánica y medicina natural, era cazador, le gustaba jugar
loterías, con un sistema con el cual ganaba siempre, pero no era ambicioso, lo
hacía por “divertimento”, aunque sus amigos lo buscaban para que les diera
“datos”. Igualmente jugaba caballos. Dicen algunos que lo habían visto en dos
partes al mismo tiempo y que era un ser que estaba en la tierra para hacer el
bien.
Sus
últimos años los vivió en la Mata. Se entregó al señor el 19 de agosto de
1.993. Mientras estaba enfermo, en trance de morirse decía “yo aquí acostado y
tanta gente que me necesita”. Era serio, cristiano, reservado, juguetón con sus
hijos. Mantuvo un ligero acento italiano, un recuerdo por el santo patrón de su
pueblo San Cataldo. Humanitario. Recibía empeños de gente de Cabudare y siempre
les regresaba lo empeñado. Hoy sus tijeras duermen y aún hoy, sigue haciendo el
bien, a través de su hija Maritza, quien sabe la responsabilidad que le dejó:
administrar los saberes con el profundo respeto por la sabiduría indígena.
@proyectosarao
LA CASA DONDE TRABAJÓ EN SUS ÚLTIMOS AÑOS
CAMARATA - RECIEN LLEGADO A CABUDARE
CAMARATA BENEFACTOR DE LOS ENFERMOS
JUANA PASTORA ESCALONA - EL AMOR DE SU VIDA
CAMARATA EN LA PLAZA BOLÍVAR DE CABUDARE -
CON JUSTO PINO Y CARMEN BORGES
SAN CATALDO - PATRONO DE SU PUEBLO EN ITALIA