lunes, 30 de octubre de 2017

98 AÑOS. SUMA Y SIGUE

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

98 años. Suma y sigue


Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Vivir 98 años debe ser placentero, pero vivirlos trabajando en las causas más nobles y aún a esa edad seguir produciendo trabajo para su pueblo es en verdad digno de admiración. Es el caso de don Julio Álvarez Casamayor que este lunes 22 de mayo llegó a los 98 años, en plenitud de facultades, con una lucidez que ya envidiarían muchos de 50 años. Además su compromiso con Cabudare no le permite descansar. Cuando alguien se jubila, regularmente se dedica a descansar y hacer cosas para su entretenimiento y felicidad. No es que eso sea malo o no recomendado.
Don Julio siente la necesidad y el compromiso de seguir escrudiñando, investigando y revisando cuanto documento, dato o conversa le acerque a entender y dejar para otros, en el futuro cercano, todo lo concerniente a la evolución histórica de Cabudare y Palavecino en general.
No es solo arrebatar al olvido los hechos del pasado cabudareño, sino, inferir teorías, basado en el paradigma indiciario de la microhistoria italiana, método que don Julio practica, sin haberlo conocido, pues le nace del conocimiento de la idiosincrasia, costumbres, gustos y hechos de sus paisanos cabudareños.
Al conocer el espacio geográfico, no por mapas y planos, sino, por haberlos recorrido desde su infancia, siempre llenando sus ojos, sentimientos y pensamientos, de análisis de los sucesos, de personajes, de contextos y la intuición desarrollada, es la clave de su trabajo. Según sus propias palabras, todo lo aprendió de atender a sus padres, respetar a sus mayores, leer y sus ansias permanentes de saber.
Desde el mundo de la política, donde estuvo más de 50 años, nunca saltó a dar concepto, ni opinión, sin desarrollar la reflexión que produce ideas, las más apegadas a la verdad y la honestidad.
De niño fue vendedor de leche, saliendo de madrugada con su burro y su perrito hacia Barquisimeto. Practicó deportes. Realizó cualquier cantidad de trabajos. Todos ellos le crearon el valor de la responsabilidad y el trato con las personas. En el Concejo Municipal fue: portero, mensajero, escribiente, secretario, concejal, síndico, prefecto, vicepresidente y presidente de la Cámara municipal.
Es quien más ha escrito sobre Cabudare y Palavecino, en libros, artículos para la prensa y aún sigue trabajando en ello. 6 libros sobre Cabudare y 4 inéditos. Todos estarán pronto en el blog que preparo para perpetuar su obra, siempre al servicio de los que quieran acercase a la historia de Cabudare.
Cuando nos reunimos ante la computadora, puede estar 6 u 8 horas trabajando conmigo, donde demuestra una vitalidad que envidio. Como es trabajando es bailando, incansable. Discute cualquier palabra o cambio que pretenda hacer a investigaciones y trabajos. Me da la razón (cuando la tengo), pero cuando cree que le pertenece, la explica las veces que sea necesaria para convencerme.
No quiso ser cronista municipal y le debo el cargo de cronista parroquial, pues me aupó y me tomó como su discípulo. Vivo bebiendo de su sabiduría, que pareciera infinita.
Su memoria sigue dando pistas sobre la vida que ha vivido y la evolución histórica de nuestro pueblo. Ha estado en los acontecimientos importantes del Cabudare del siglo pasado y aún quiere más en este XXI. Los retrata en su cerebro, sabiendo que los conectará en sus trabajos.
Sus hijas dicen que soy su último hijo y me llena de orgullo el compromiso, ya que es el padre que nunca tuve. Le amo con un profundo respeto, el que se ha ganado por seguir empeñado en desvanecer las sombras de la historia de Cabudare.
Verle en la plaza Bolívar o caminando por las calles, con sus 98 años, saludando a tanto parroquiano y parroquiana me llena de orgullo.
Este escrito es mi agradecimiento y aspiro que Cabudare le reconozca a cabalidad sus esfuerzos, en su justa dimensión.
Padre, sigue cabalgando en tu empecinada juventud, sigue descubriendo historias y sigue dándonos tu presencia, con la certeza que ha valido la pena.

Son 98 años de verdadera vida. 98 años. Suma y sigue.


Siempre estoy bebiendo de su sabiduría, ganada en la vida de vivir queriendo a nuestro pueblo Cabudare


Nunca se cansa de explicar lo que su memoria guarda para darnos pistas de la historia de Cabudare


Bailando un pasodoble con su hermana Negda. Incansable en la historia y el baile. La foto fue tomada en la retreta que ofreció la orquesta Mavare en la Plaza "Aquilino Juáres"
el 27 de enero del año 2.000

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