jueves, 4 de octubre de 2018

El Obispo Martí y Cabudare


Cabudare, bucos y mameyes


El Obispo Martí y Cabudare


Américo Cortez 
Cronista de Cabudare


En este año de triple Bicentenario para nuestro municipio Palavecino (nacimiento de Simón Planas, de la Parroquia Eclesiástica y muerte de nuestro epónimo Cristóbal Palavecino), traemos la visita del Obispo Martí a Cabudare. 

El Obispo Mariano Martí fue el obispo que más se movilizó por toda Venezuela, en lo que se llamaban Visitas Pastorales. Estuvo en esa responsabilidad desde 1.772 hasta 1.784. Falleció en Febrero de 1.892. Recorrió gran parte de Venezuela. Creó cerca de 52 parroquias y recopiló información importantísima sobre los pueblos: número de habitantes, actividades económicas, templos, capillas, escuelas, costumbres, clima, recomendaciones y todo lo concerniente y necesario para que la iglesia tomara decisiones, algunas veces (en nombre de Dios), alterando o consolidando los planes de los gobernantes de turno. Hizo hincapié en el cumplimiento de las normas eclesiásticas, imponiendo censuras, castigos y penitencias en las actuaciones que tenían los habitantes de los pueblos, sobre todo los curas. Cualquier asunto era estudiado y juzgado por las leyes eclesiásticas. 

En su Visita pastoral de 1.779 a los sitios de las Cojobas, Bureche, Cabudare y Santa Rosa del cerrito, todos territorios del hoy Palavecino a excepción de Santa Rosa.

El 19 de febrero de 1.779 estuvo en las Cojobas, lo que hoy es el parte del Fuerte Terepaima, visitando la capilla u oratorio, establecida bajo la invocación de la Madre de Dios de la Concepción. Esta hacienda de las Cojobas existió desde 1.625. 

De las Cojobas pasó el día 20 al sitio de Bureche, donde la familia de Luis de Alvarado tenía hacienda, también con oratorio o capilla edificada a la advocación de la Inmaculada Concepción. Luis de Alvarado fue padre del Alférez Real Juan José Alvarado de la Parra. En las Cojobas y Bureche tomo nota del estado de los oratorios y dejó órdenes a sus propietarios para sus mejoras. 

Estas dos capillas, la de las Cojobas y la de Bureche fueron de las primeras en nuestro territorio de Palavecino, conjuntamente con la de San Rafael del Taque. Las tres datan de aproximadamente de comienzos de 1.600.

Luego de visitar Bureche, va al pueblo del cerrito de Santa Rosa y visita la iglesia que está bajo la invocación de Santa Rosa de Lima, regentada por el cura Sebastián Bernal. Este pueblo de Santa Rosa, para esa fecha, tenía aproximadamente doscientos habitantes indígenas gayones.

Al día siguiente, vino a Cabudare, que pertenecía a la Parroquia de Santa Rosa. Revisó los terrenos y se reunió con los vecinos de Cabudare, quienes habían introducido una solicitud para la erección del nuevo curato y parroquia de Cabudare, desmembrándola de la de Santa Rosa. A Cabudare, para esa fecha se le conocía como un sitio. El censo que practicó el Obispo Martí, en esos días, arrojó la cantidad de 3.344 almas en la parroquia de Santa Rosa, de las cuales, la gran mayoría estaban del río Turbio y Claro hacía acá, en la otra banda quedaba Santa Rosa, razones más que sobradas para que los que habitaban de este lado solicitaran la erección de la nueva parroquia. 

Sin embargo, no fue sino el 3 de octubre de 1.785 cuando el Obispo Martí pudo hacer el Auto (especie de Decreto), para la erección de la Parroquia de Cabudare. Lamentablemente la oposición de los curas de Barquisimeto y Santa Rosa, usando cualquier argucia evitó la consolidación de aquel Decreto.

Sin duda, aquel hecho sirvió de base para que en 1.817 (treinta y dos años después) los hacendados de Cabudare insistieran en sus solicitudes. Aquí hago un alto, porque pareciera que no hubiera, en tanto tiempo desde el Decreto del Obispo Martí, diligencias para consolidar a Cabudare como pueblo. No es así, siempre se dirigieron peticiones, basadas siempre en el tronchado decreto de Martí. Algunos, como el desaparecido Padre Renzo Begni, consideraron que el 3 de octubre debería ser el Día de Cabudare (porque el Decreto fue realizado más no ejecutado).

En 1817 se encaminó el asunto para la consecución de la erección de la nueva Parroquia Cabudare, desmembrándola de la de Santa Rosa, lo que se logró el 1º de Abril de 1.818. A continuación transcribo el Auto del Obispo Martí, tratando de cabudareñizarlo, ya que contiene algunas palabras en el español de la época y como nuestro interés es que sea entendible, ciento por ciento, por ser el primer documento de interés vital sobre Cabudare. Los subrayados son nuestros.

Auto. Caracas tres de octubre de mil setecientos ochenta y cinco años. Por cuanto en la Santa Pastoral visita que practicamos de las Parroquias de la ciudad de Barquisimeto y pueblo de Santa Rosa, que es de indios, en cuyos territorios se hallan también entre otros el sitio de Cabudare, confinante con estas dos Parroquias y a distancia considerable, perteneciente al Vicario de dicha ciudad de Barquisimeto; reconocemos que en el referido sitio de Cabudare y en contornos se hallan habitando tres mil y quinientas personas poco más o menos de ambos sexos y diferentes edades retiradas de las expresadas parroquias, expuestos por su situación a no oír misa los días festivos, carecer de los santos sacramentos, instrucción en la doctrina cristiana y demás socorros espirituales, especialmente en tiempos de lluvia, por la distancia, barreales, atolladeros y ríos que intermedian, que van de dicha ciudad y Río Claro, más otras dificultades del camino, por tanto en conocimiento de estar procurando como es de nuestra obligación el mayor alivio y consuelo espiritual de aquellas almas, declaramos que en el referido sitio de Cabudare es útil y aún necesaria una nueva iglesia parroquial, estableciéndose esta en el expresado sitio de Cabudare que es la parte de aquel terreno que se ha reconocido por más cómodo y a propósito para ello, y que sea bajo los limites siguientes: Por el Oriente la línea que debe tirarse desde la cabecera de la quebrada que llaman de Caraulla y continuarse hasta el río de Barquisimeto, saliendo al frente de la legua de tierras, del pueblo de indios de Santa Rosa, contándose dos leguas hasta dicha línea y con la que se divide de la Parroquia de el Aserradero. Por el Poniente le sirve lindero a la nueva Parroquia las aguas de Río Claro, hasta el que se cuenta una legua y desemboca en el río Barquisimeto, con cuyo límite queda separada de la de Barquisimeto. Por el Norte las aguas del enunciado río de Barquisimeto, tomadas hacia abajo, desde dicha línea hasta encontrar con la boca del expresado río Claro, separándose también esta nueva Parroquia de Cabudare por este lindero, de la del pueblo de Santa Rosa, hasta donde se encuentra legua y media y por el sur le sirve de lindero la serranía que llaman Cocorotico y de Cabudare, hasta donde se cuenta una legua continuando, por las cumbres de dichas serranías, hasta salir a la cabecera de la referida quebrada de Caraulla, de suerte que el territorio demarcado para esta nueva Parroquia en el mencionado sitio de Cabudare, consiste de oriente a poniente de tres leguas y dos y media que se cuentan de Norte a Sur, todo poco más o menos y comprende los sitios de Cabudare, Jobal, Barrancas, Mayal, Tarabana, Cojobas, Carrizal y otros más habitados todos del sobredicho número de personas, todo el cual terreno deslindado declaramos pertenecer a la referida Parroquia del enunciado sitio de Cabudare, como también son pertenecientes a ella todos los habitantes de dichos sitios y territorio demarcado para que entre ellos se ejecute el repartimiento que corresponde a cada uno, según sus posibles, hasta la cantidad de doscientos pesos, para congrua del cura que ha de nombrarse conforme a disposiciones canónicas y leyes del Real Patronato, más veinticinco pesos para pan, vino y cera, cuyas cantidades han de satisfacer anualmente hasta que el cura y la iglesia parroquial tengan diezmos suficientes para congrua de aquel y oblata de esta. Siempre han de pagar las primicias y obvenciones por entero, que cobrará el enunciado cura, con arreglo a todas las sinodales de esta Diócesis y también pagarán dichos feligreses para la fábrica de la iglesia, los gastos de sepultura y demás derechos pertenecientes a la misma fábrica, según lo dispuesto en la misma sinodal y para que luego se proceda al referido deslinde y demarcación del territorio, así especificado con prorrateo de congrua, oblata y dos tercias partes del costo de otra iglesia y un ornamento. Nombramos al Doctor Don Felipe Prado, Cura Decano y Vicario foráneo de dicha ciudad de Barquisimeto y por enfermedad u otro impedimento a Don Pedro Francisco de Anzola, Cura menos antiguo de otra ciudad. A fin de que el señor Don Manuel González Torres, Brigadier de los Reales eméritos, Gobernador y Capitán General de esta Provincia, Vice Regio en ella, se sirva acudir a lo que llevamos expuesto y que la otra tercera parte del costo de fábrica se pague de la Real Hacienda, conforme a las leyes y destinos. Así mismo las personas que por una parte asistan al mencionado deslinde y prorrateo, el presente Notario Vicesecretario, o su teniente, lo pondrá en noticia de dicho Señor Gobernador y Capitán General, Vice Patrono Regio con recado político y venia de estilo, dándole testimonio si lo pudiere o dejando este expediente en su mano. Mariano Martí de Caracas lo proveyó su señoría Ilustrísimo el Obispo, mi señor y lo firmó ante mí Miguel de Yrimo Vicesecretario. 
Diligente e inmediato pasé al Palacio del señor Gobernador y Capitán General y procedido con el recado político y venia acostumbrada. Puse en manos de su señoría este expediente. Doy fe. Méndez, Notario.


Debemos hacer algunas anotaciones adicionales sobre el Auto del Obispo Martí que debió fundar la Parroquia Cabudare en 1.785. 

  • Fue realizado luego que el Obispo Martí en 1.779 había visitado algunos sitios de Cabudare, es decir, luego de demostrar “in situ” que era necesaria la creación de la parroquia y corrobora en el escrito que es el sitio de Cabudare el más apropiado para la sede de la parroquia, a pesar que no tenía ni una capilla construida. A pesar de que en Las Cojobas y Bureche si las había.
  • La cantidad de personas que vivían en la Parroquia de Santa Rosa (a la cual pertenecía Cabudare) era inferior, como lo dice Martí a la que vivía de este lado de los ríos Barquisimeto (Turbio) y Claro. En otro documento leemos que habitaban aproximadamente 200 indios en Santa Rosa, razón que privó para la emisión del Auto para la erección de la Parroquia Cabudare.
  • A pesar que Martí se reunió con los hacendados del lado de Cabudare y expusieron los motivos para la nueva parroquia, los curas de Santa Rosa y Barquisimeto desmontaron los motivos alegando que eran falsos. Por ello, hubo que esperar hasta 1.818, para hacer realidad la parroquia Cabudare.
  • El decreto de la Parroquia de 1.818, no incluye sitios como el Mayal, las Lomas (Loma Redonda) y las Cojobas, es decir, el Decreto del Obispo de Martí era más completo. La parroquia de Barquisimeto se quedó en 1.818 con esos sitios y no fue sino hasta 1.826, cuando entraron a formar parte de la Parroquia Cabudare, que es el definitivo lindero que tenemos en la actualidad.
  • El sitio El Jobal era en ese tiempo, lo que hoy conocemos como Los Rastrojos y sus inmediaciones.
  • El sitio de Las Cojobas es el espacio donde existió más tarde el caserío del mismo nombre, ubicado en las cercanías del nuevo cementerio de Cabudare (Jardines Celestiales) y el Fuerte Terepaima.
  • El sitio de Tarabana era lo que hoy es la hacienda Tarabana, Santa Rita, La Mendera, el Peñusco y gran parte de Agua Viva.
  • Caraulla y su quebrada están ubicadas en las inmediaciones de la carretera vieja a Yaritagua, cercano al caserío Papelón.  
  • Cocorotico, aún existe como pequeño espacio de producción de ganado y leche y está ubicado cercano al Fuerte Terepaima.
  • Inferimos que solo pudo el Obispo Martí emitir el Decreto en 1.785, no antes, tomando que su Visita Pastoral a Cabudare y otros sitios de lo que hoy es Palavecino fue en 1.779. Pasaron 6 años para el Decreto.
  • Los argumentos de los curas de Santa Rosa y Barquisimeto siempre fueron los mismos, a saber: Que perjudicaban a sus parroquias en lo económico, que se maltrataban a los indios que venían a trabajar en esta banda del río, que no era cierto que no podían asistir a misa en Santa Rosa o Barquisimeto y que las distancias no permitían crear una nueva parroquia. La verdad verdadera expuesta por algunos historiadores era que disminuían las rentas de los curas. Además la ubicación geográfica de Cabudare, era, en ese tiempo, el camino obligado para los llanos y el centro del país. Era un reto para los comerciantes de Barquisimeto, ya que viajeros compraban en los sitios de Cabudare, quitándole clientela al comercio barquisimetano.
  • Por lo expuesto en el punto anterior fue que en 1.818 el cura de Santa Rosa Juan de Mujica, por fin aceptó la creación de la Parroquia de Cabudare….pero quedando él como Párroco de la nueva parroquia de Cabudare, “mansa la lapa”.
  • Oblata: Dinero que se le da al sacristán a la fábrica de la iglesia para el gasto de vino, hostias, cera (velas) y otros ornamentos que se usan en los actos litúrgicos, sobre todo en la misa.
  • Congrua: La parte que se le da al eclesiástico que tiene cura de almas y que no recibe diezmos.
  • Sinodal (es): Persona (s) consideradas honesta (s) de suficiencia y próvida por sus conocimientos, la cual es nombrada por un sínodo para dar testimonio de la observancia de los estatutos, normas y leyes. También refiere a las leyes eclesiásticas (leyes o estatutos sinodales).
  • Legua: Medida de longitud que equivale a 5.572 metros.


En próxima ocasión analizaremos los censos de Cabudare de 1.779 y 1.817, fundamentales ambos para la creación de la parroquia.





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lunes, 19 de febrero de 2018

ADELIS COLOMBO Y SU CABUDARE DE AYER


CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Adelis Colombo y su Cabudare de ayer

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Su madre, María Gerónima Colombo, siempre sintió en su corazón el talento de poeta de su hijo, por ello estimuló, como todas las madres querendonas, sus primeras letras dedicadas a la poesía y a la música. Por otra parte, su padre, Amalio Rafael Colombo, quien fuera Presidente del Concejo Municipal, miraba con ternura el don musical de su hijo.
Nació Adelis en Cabudare el 17 de julio de 1.938, su nombre completo es Adelis del Carmen Colombo Goyo, ya que su madre devota de la virgen del Carmen, le encargó el parto a la Santa María del Monte Carmelo.

Estudió la primaria en la escuela “Ezequiel Bujanda”. Al no existir en Cabudare liceo, estudió en el Colegio La Salle de Barquisimeto y luego al Liceo “Lisandro Alvarado”, donde se graduó de bachiller. Hizo estudios universitarios en la antigua U.R.C.O. (Universidad Regional Centro Occidental), hoy U.C.L.A. Estudió dos años Contaduría. Al no poder continuar sus estudios hizo cursos de contabilidad, para seguir desarrollando su pasión por los números. Así combinaba estudios y su amor por la música con el trabajo. Trabajó en el Central Rio Turbio, la más importante industria azucarera de la región, en el departamento de Contaduría, desde 1.958 hasta 1.976.

Su primer grupo musical “Inspiración Llanera”, formado en el año 1.960 en Cabudare, estuvo formado por: Edgardo Rodríguez en el cuatro y cantante, Etanislao Durán en el arpa, Marcial Álvarez en el cuatro, Cheo Galíndez en el bajo, aunque al principio no usaban este instrumento, el popular “Mano Picho” en las maracas, Enrique Rodríguez en las maracas y el cuatro, Peter Álvarez y Adelis Colombo como cantantes. Esta agrupación, aunque no grabaron, es de grata recordación en el pueblo de Cabudare. Se encontraban en cualquier fiesta para compartir con nuestra música. “Inspiración llanera” marcó una época en Cabudare.

En el año de 1.966 grabó sus primeras canciones en un disco de 45 rpm, y ese mismo año grabó su LP, acompañado por el conjunto de Felito Morón, titulado “Adelis Colombo interpreta sus canciones”. Durante su carrera grabó con los mejores arpistas de la época en nuestro Estado Lara: Román Garcés, Ernesto Torrealba, Rafael Chirinos y Felix Morón.

Participó en 1.968 en el 1er. Festival de la canción larense, donde obtuvo el 5to. Lugar con su canción “Sentir larense”. Participó en los programas radiales de Abraham Giménez “Fiesta Criolla” y “Domingos estelares” transmitidos en vivo por Radio Barquisimeto, desde el Círculo Militar y la Hostería “El Obelisco”. Del programa “Fiesta Criolla” se grabó un LP, donde Adelis grabó el tema “Tras de tu huella” de Antonio Heredia.

En el año de 1.971, teniendo 33 años, compuso y grabó, lo que es llamado el himno sentimental de los cabudareños, “Cabudare de ayer”. Siguió cantando y grabando hasta el año 2.000 cuando por diligencias nuestras y producido por Mauro Bravo y la Coordinación de Cultura de la Alcaldía de Palavecino, grabó “En tu aniversario” de Mauro Bravo y una nueva versión de “Cabudare de ayer”, ambas con el conjunto “Mauro Bravo y sus amigos”, con arreglos del desaparecido Rafael Barragán. Adelis fue tentado por grandes grupos de nuestra canta criolla. Sin embargo prefirió seguir su vida en Cabudare.

Adelis tiene 7 hijos: Elsy, Zaidaelen, Adelis Enrique, Sandra, Héctor José, Evelin y Eiberth Adelis, quienes le tributan respeto, amor y reconocimiento a su labor artística.

El proyecto Cultural Sarao recopiló, recuperó y digitalizó toda la música de este artista tan querido por los cabudareños. Por esa razón colocamos en nuestro canal de youtube “proyecto sarao”, el trabajo musical de Adelis Colombo. Falta la edición de su poemario y culminar el documental que adelantamos al público, cuando se le rindió homenaje en la Biblioteca pública “Pío Tamayo” y que está en nuestro canal.
Larga vida al cantor de Cabudare y al amor infinito que tiene por su pueblo.





La vieja casona, cuna de Adelis Colombo, ubicada en la esquina de la calle Juan de Dios Ponte con calle Aquilino Juáres.


Mauro Bravo, Adelis Colombo y Raisa Moreno,
durante un homenaje a Peter Alvarez en el año 2.000,
en el Boulevard "Socorro Meza de Cabudare.


Adelis Colombo "el cantor del Cabudare de ayer"

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viernes, 2 de febrero de 2018

DE RECUERDOS E IDENTIDAD

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

De recuerdos e identidad


Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Aunque el recuerdo permanente fortalece la identidad de un pueblo, lamentablemente no es garantía de que esta permanezca como compromiso para la gente, sobre todo cuando estos recuerdos no están en concordancia con la agenda de los gobiernos y los habitantes de ese pueblo.
Esto pasa con algunas tradiciones que vienen mermando o desapareciendo en Cabudare y en todo Palavecino. Otras se mantienen firmes debido al trabajo incansable de cultores y organizaciones culturales empeñadas en hacer sobrevivir la historia, las costumbres, las tradiciones y todo lo que mantiene vivo nuestro espíritu como pueblo.
Para muestra, algunos ejemplos: La virgen de la Candelaria, colocada en 1.818 como patrona de Cabudare, por los canarios e hijos de ellos, fue desapareciendo de la memoria de los cabudareños, en la medida que los hacendados morían o se iban, dejando a la patrona casi en el olvido. Aunque este año se celebró el 27 de enero el bicentenario de haber sido designada y el 1º. de Abril será el Bicentenario de la parroquia de Cabudare, no ha sido posible elevar el amor del cabudareño a la santa patrona, pues no está en el imaginario colectivo cabudareño.
Igualmente pasa con San Rafael Arcángel, patrono de Pueblo Arriba, en donde se realizaban las mejores fiestas de Cabudare. Hoy, lamentablemente mermado todo a apenas una misa y una pequeña procesión. En este caso debido a la poca participación de los pobladores de ese sector, que ha derivado en poco interés del los vecinos, al punto que cada año veo, el 24 de octubre, en la capilla de San Rafael, veo más gente de otros sectores de Palavecino y menos de Pueblo Arriba.
En el caso de los velorios de Cruz de mayo y San Antonio, gracias a los grupos folklóricos tamunangueros y a la Unión de tamunangueros y golperos de Palavecino (UTAGOLPA), hay garantía de permanencia en el tiempo de estas manifestaciones, muy sentidas, desde que el pueblo es pueblo, ya que la trajeron los labriegos y esclavos, que vinieron del Tocuyo, Barquisimeto y Curarigua, haciéndola tan propias y cabudareñas como en esos pueblos.
Un caso distinto es el San Juan Bautista, que fundada su iglesia en Cabudare, en 1.835, solo tuvo fiestas patronales, basadas en eventos eclesiásticos en el siglo XIX, y luego en el XX sus fiestas patronales con todos los atractivos de entretenimiento, tan populares en todos los pueblos de Venezuela. Fue solo desde principios de los años 80`s, que el grupo Santa Bárbara y la Parranda Sarao empezaron a realizar las procesiones y cantos de tambor en homenaje al santo , cada 24 de junio y que cada año reúne a un número creciente de pueblo alrededor de la plaza Bolívar, luego de la procesión, con varios grupos de tambores.
Igualmente ha pasado con Santa Bárbara, que desde 1.983 viene creciendo en devoción y alegría, manifestada por los tambores que se tocan el 4 de diciembre en la capilla, ubicada en la entrada de Cabudare y que es el templo religiosos más antiguo de Cabudare (1.797). Cuando empecé a ir a la capilla en 1.981, sobraban bancos para oír la misa. Hoy, se ha cuadruplicado la asistencia y allí congenian católicos, santeros, brujos, escépticos e impíos en sana paz.
Para quien escribe, es un orgullo decir que los cantos que acompañan la procesión de San Rafael y Santa Bárbara son de mi inspiración y en el caso de San Juan Bautista, muchos de ellos los he preparado para esa ocasión.
Otro día hablaremos de otras tradiciones, que con el tiempo han desaparecido o resistido al embate de “la modernidad”, esa modernidad que todo rastro de identidad y sentido de pertenencia va destruyendo, en deterioro de la condición de pueblo que Cabudare viene perdiendo. Aunque los pueblos evolucionan, no es posible tener un desarrollo armónico sin contar con las tradiciones, la memoria histórica y la idiosincrasia, aquella que en nuestras almas, espíritus y sangre nos hacen sentir cabudareños.

No es nostalgia, es angustia que siento, al pensar que podemos dejar de ser cabudareños o como diría un amigo sociólogo, sentirnos “neocabudareños”, lo que sería válido.



Procesión de Santa Bárbara



San Juan Bautista de Cabudare



San Rafael Arcángel de pueblo arriba

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viernes, 26 de enero de 2018

CABUDARE BICENTENARIA


CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Cabudare Bicentenaria


Américo Cortez
Cronista de Cabudare


Estamos viviendo en la era bicentenaria de nuestro pueblo. Empezando por el bicentenario del paso de Bolívar por Cabudare, ocurrido en 1.813 y celebrado con los escolares en el 2.013. Ahora estamos celebrando el bicentenario del 27 de enero y el 1º. de Abril.

El 27 de enero de 1.818 se efectuó la reunión, en los espacios cercanos a la actual plaza Bolívar, entre los Presbíteros Dr. Juan de Mujica, párroco de Santa Rosa y los párrocos Br. Sebastián Bueno y Josef Antonio Melean por Barquisimeto. Igualmente fueron comisionados para esa reunión, el Alférez Real Juan José Alvarado de la Parra y el Padre Andrés Torrellas, quienes organizaron el encuentro. Estaban allí por orden del Gobernador Eclesiástico Manuel Vicente de Maya. También se encontraban los canarios propietarios mas importantes de las haciendas de este lado del río Turbio, que desde 1.817 solicitaban la creación de la parroquia Cabudare: Don Antonio García Tacoronte, Don Juan de Ponte, Don Antonio Marante y Don Miguel Bernal. Se pretendía ese día desmembrar de las parroquias de Santa Rosa y Barquisimeto, el territorio que sería la parroquia Cabudare.
Lamentablemente la reunión no tuvo el éxito esperado, ya que los curas de Barquisimeto se negaron a ceder ni un palmo de terreno para la nueva parroquia.
Los sitios del Mayal, Cocorotico, la Loma (loma redonda) y otros pertenecían a la parroquia de Barquisimeto.
Apenas pudo el Padre Torrellas desmembrar parte de la parroquia de Santa Rosa, ya que el Pbro. Juan de Mujica (en un gesto de ventajismo), aceptó, pero quedando de cura titular en la nueva parroquia de Cabudare. Dos tercios de los habitantes de la parroquia Santa Rosa, pasaban al nuevo curato.
Ese día los hacendados canarios que vivían en lo que hoy conocemos como Cabudare,  cedieron parte de sus terrenos para la construcción de la iglesia, la casa para habitación del cura, la casa pública para la instrucción de la juventud y la plaza pública. Colocaron una cruz donde se construiría la iglesia.
Días después en reunión “los principales vecinos” decidieron que la patrona de Cabudare fuese la virgen de la Candelaria, lógico, es la patrona de las islas Canarias y que la iglesia a construirse tuviera como patrono titular a San Juan Bautista.
Luego el padre Torrellas realizó el censo de los pobladores del nuevo curato y de allí se desprendió que vivían 3.132 almas en aquel Cabudare. Lo que demuestra que ya había gente alrededor de esos espacios.
En enero de 1.999 se cambió la fecha de conmemoración del día de Cabudare, del 10 de noviembre para el 27 de enero, día de la explicada reunión.
Como podemos ver, la denominación dada al 27 de enero, como Día de Cabudare requiere una revisión, ya que nombrarla como “Tercer y definitivo poblamiento de Cabudare” no es correcta.
Primero, ese día no se pobló nada, nadie se mudó. Ya existían en los alrededores de ese espacio, a la vera del camino real (hoy Avenida Libertador), gente viviendo. Era, de hecho, una de las razones por las que se oponían Barquisimeto y Santa Rosa; el potencial económico de Cabudare. Segundo, por esa razón no hay tercer poblamiento. Pareciera como si Cabudare se hubiese mudado ese día y no es así. Ese día no se hizo la nueva parroquia. Lo que si pasó ese día es que se empezó a organizar lo que sería el pueblo de Cabudare. Por esa razón al 27 de enero debería llamarse “El día que se empezó a organizar el pueblo de Cabudare”.
En otra oportunidad volveremos sobre el tema, cuando se acerque el 1º. de Abril, el día de la creación oficial de la parroquia Cabudare.

De todas maneras, estamos de bicentenario. ¡Salve pueblo de Cabudare!. ¡Honor a tus hijos e hijas!. ¡Dios te proteja y te dé las dichas que aún no has recibido!.




Iglesia San Juan Bautista de Cabudare.
Inaugurada el 24 de junio de 1.835



Capilla "Santa Bárbara".
Primera sede de la parroquia Cabudare en 1.820




Virgen  "La Candelaria". Patrona oficial de Cabudare

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martes, 16 de enero de 2018

CABUDARE Y EL TERREMOTO DE CUMANÁ DE 1.929


CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES


Cabudare y el terremoto de Cumaná de 1.929



Américo Cortez
Cronista de Cabudare



Los miedos y temores a los terremotos son naturales, más si como nosotros vivimos en Cabudare, pues se encuentra atravesada por la falla de Boconó y en cualquier momento podría suceder u evento sísmico. Dios nos libre.

El 17 de enero de 1.929 a las 7:32 de la mañana sucedió el terremoto de Cumaná, donde murió el 8% de la población de esa ciudad y trajo consecuencias, no solo en Cumaná, sino, en muchas partes de Venezuela, sobre todo en el oriente del país. La fuerza telúrica fue de una magnitud de 7.0 en la escala de Richter, teniendo como epicentro el Golfo de Cariaco.







En Cabudare, se sintió el sacudón. Don Julio Álvarez Casamayor, que para esa fecha contaba con 10 años de edad, nos cuenta algunas de las cosas que sucedieron en Cabudare ese día y los siguientes y que podemos decir, que hubo verdades y manipulaciones. Depende del lado que se vea.

En 1.929 el párroco en Cabudare era el Presbítero Agustín Álvarez, quien desde 1.927 llevaba con pasión el rebaño cabudareño. Todo el pueblo le era fiel y respetaba al levita que había demostrado ser un verdadero hombre de la fe. Nadie veía con sospecha ni dudas sus peticiones y mandatos.

Igualmente estaba recién llegada a Cabudare, una congregación misionera redentorista, que hacia misas y se movilizaba, no solo a la casas de los vecinos de Cabudare, sino que establecían contacto y visitaban Agua Viva, los Rastrojos, la Piedad y demás caseríos. Muestra de ello son las cruces misioneras que dejaron en diferentes puntos del municipio, como testimonio de la fe y sus visitas.

La vieja casa donde vivía Julio Álvarez, el día del terremoto de Cumaná, era de adobes y tejas, propiedad de su padre y luego fue de “Panchita” Casamayor, como llamaban a la hermana de Augusto Casamayor, reconocido comerciante, de grata recordación por el Cabudare de entonces y que estaba ubicada en la calle “Domingo Méndez”, esquina noreste de la calle “San Rafael”, lo que se llamaba la esquina de “la caja de agua”.

Cuando comenzó a moverse el piso, por el terremoto, el niño de entonces, Julio Alvarez, sin saber de técnicas ante sismos y que dormía plácidamente en una cama de tijeras de madera con lona, se quedó quieto, viendo caer terrones de las vetustas paredes, hasta que sus familiares lo sacaron de la casa.

El miedo y terror de los cabudareños fue tal, que todo el pueblo decidió dormir en las calles o en la plaza Bolívar, por precaución. Improvisadas chozas, trojas y la intemperie fueron el lecho de la mayoría del pueblo. La situación duró más de una semana y es allí donde los misioneros redentoristas, aprovechándose del miedo, empezaron a congregar a la gente en la iglesia para dar sermones llenos de temores, castigos celestiales y demás, pidiendo al pueblo que se arrepintiera de sus pecados, haciendo hincapié en que los pecadores debían entregarse a la adoración del Altísimo y la protección y dedicación de sus familias.

Para más ñapa y completar el cuadro, algunos parroquianos, disociados o traumatizados por el terremoto, tal vez mandaos, empezaron y que a ver señales del cielo; velas que al quemarse tomaban formas de santos, olores que presagiaban lo malo, extraños vientos y hasta sonidos que anticipaban algo. Ante este escenario, pues era fácil que el pueblo cayera ante el influjo de los misioneros redentoristas.

En esas fechas, vivían en Cabudare, muchas parejas amancebas, es decir sin casarse, lo que aprovecharon los redentoristas para exponer y acuñar la frase “el castigo divino”. Allí en la plaza, casi hasta la media noche, medio pueblo se amontonaba a comentar, rezar y conversar, temiendo otro terremoto.

Aunque Cabudare había sufrido casi nada con el hecho, el miedo y el desgarrador sermón que día a día iba dirigido a “los pecadores”, hizo que muchas parejas amancebas, después del susto, se casaran en los próximos días, como lo testimonia Don Julio y los libros de matrimonio del Concejo Municipal y de la iglesia parroquial.

Aunque don Julio al contarme ese hecho, no me mencionó nada sobre la convicción matrimonial creada por los redentoristas, debo inferir que la ola de matrimonios de esos días, pudo ser provocada por el cura párroco, respetando la fe y la buena intención. Si, el padre Álvarez, quien aprovechando (digo yo) el sismo y sabiendo quienes vivían en condiciones no propicias moralmente para la iglesia católica, le pasó el dato a los misioneros, para que estos, sabiendo donde afincarse, trabajaran sus psiquis, e incluso, visitarían muchas casas, para convencerles que ellos casándose estaban salvando a Cabudare de una catástrofe y del “castigo divino”. Lastima no tener referencias de nombres y familias involucradas, para averiguar, como les fue con el matrimonio salvador de Cabudare o si luego de sentirse engatusaos se divorciaron.

Lo cierto es que el terremoto de Cumaná también sirvió para que surgiera un momentáneo grupo de nuevos empresarios que se aglomeraron alrededor de la plaza: vendedores de fritangas, chicharrones de marrano, bollos, alfajoras,  cucas, biscochos cabudareños, panes guameros, conservas de las cuibitas, guarapos e igualmente estampitas, escapularios, sahumerios, velas y demás. Todo el día era un trajinar a la iglesia, con misas, rosarios, rogativas al Nazareno y penitencias. Hasta una improvisada cruz de madera se construyó y estuvo tiempo expuesta en la iglesia y fue llevada, en ocasiones, a los caseríos, para hacerle misas, pero sospecho, que era para recordarles a los cabudareños que “el castigo divino” podía volver con más furia a cobrarles el desacato a la fe. Así que ellos, si querían salvar a Cabudare debían encarrilarse y mantenerse por el buen camino.

Ese 17 de enero de 1.929, día del terremoto de Cumaná, no hubo en Cabudare grandes daños materiales, ni heridos, menos muertos, pero sirvió para reafirmar el poder que por mucho tiempo tuvo la iglesia y del cual aún quedan resquicios. Tampoco hubo ese día un Bolívar como en Caracas en 1.812 que dijera ante el sismo y el posible castigo anunciado por los redentoristas “si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y seguiremos viviendo amancebaos”.

Así me lo contó don Julio Álvarez Casamayor y así lo cuento, claro, poniéndole algunas cositas, pa` entreteneme.


proyectoculturalsarao.blogspot.com



El miedo al castigo divino




El poder de la iglesia basado en temores


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lunes, 8 de enero de 2018

EL MAMEY EN CABUDARE

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

El Mamey en Cabudare

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Nuestra naturaleza siempre nos da demostraciones de sus bondades, razón por la cual debemos aumentar los esfuerzos para preservarla.
En Cabudare, los indígenas usaron el valle del Turbio convirtiéndolo en un vergel. Luego los españoles y canarios implantaron el monocultivo de la caña de azúcar en ese espacio y se empezó a dejar de cultivar otros rubros; desde cacao, arroz y todas las frutas posibles, lo que empobreció el suelo del valle.

Uno de los frutos que casi desapareció fue el mamey (mammea americana), que estaba fundamentalmente alrededor de los bucos que regaban los sembradíos de nuestro municipio y al desaparecer estos perecieron casi todas las plantas de la perfumada fruta.

La municipalidad mediante ordenanza y por sugerencia de los cronistas de Palavecino, declaró al mamey como la fruta emblemática del municipio Palavecino. Entre otras cosas para protegerla de la extinción. Sin embargo poco se ha hecho para lograrlo. El año pasado en mi programa de radio “El programa sin nombre” que se transmite por Radio Comunitaria Kabudari 97.7 solicité a los oyentes semillas de mamey y gracias a la benevolencia de la Profesora Esperanza Lares obtuve las primeras 15 semillas, de una  que su padre trajo de Margarita y sembró en su casa. Con ellas el Licenciado Wilfredo Perdomo de la U.C.L.A. logró “prender” 13, las cuales crecieron sanas.

En este momento estamos sembrándolas en las escuelas del Municipio. Nuestra meta es una planta de mamey por cada escuela, colegio, liceo y plaza pública. Eso nos da un total aproximado de 100 plantas. Luego aspiramos mantener el vivero para las familias que lo deseen.

Comenzamos el 20 de Abril en las Escuelas “Gladys Briceño Méndez” y “Rómulo Betancourt” y el viernes 21 en la Escuela “Nicolás Patiño Sosa”, todas en la Parroquia Cabudare. Allí participaron: “Los guardianes ambientales”, “la patrulla escolar”, directivos, maestros y maestras, alumnos en general y representantes.

Se hace un compromiso en cada escuela de mantener la planta, llevar una bitácora de trabajo (riego, limpieza, abonado, etc.) y hacer un seguimiento de su crecimiento.
Se entonó el Himno al árbol y hubo palabras de maestras y representantes resaltando la importancia de seguir sembrando en los niños y niñas el amor por la naturaleza.

Recuerdo de niño cinco cosas cuando íbamos a buscar mameyes: Las carrereas que nos echaban los trabajadores de las haciendas (porque éramos su competencia), las “culecas”, especies de escondites hechos con hojas y monte, para evitar llegar a la casa sin mameyes, ya que todo el que nos veía nos pedía uno. El dulce de mamey que preparaba mi madre y mi tía Emma, que era la gloria por su sabor y aroma…el mejor perfume que recuerdo. La leyenda que inventaban para quitarnos los mameyes “el mamey dura en la barriga casi un año, por eso no se debe comer mucho” y por supuesto los baños en las cristalinas aguas de los bucos.

Además del vivero y la siembra del mamey en las escuelas y plazas, preparo otro con la rosa de montaña y el jabillo histórico, flor y árbol emblemático del municipio, pero esa es otra historia.
Por ahora aspiro que quien sepa donde hay matas de mamey se comunique conmigo al 1016 5541876, no importa que se los coman, necesito las semillas para garantizar su supervivencia.

Quiero agradecer a las escuelas, al Licenciado Wilfredo Perdomo por creer y su amor a la naturaleza, al Supervisor Agregado Julio López, por su respaldo y humanidad y a su asistente la Licenciada Mila Flores, instructora de Patrulla Escolar, por su apoyo.

Martin Luther King dijo “si supiera que el mundo se acaba mañana, hoy sembraría un árbol”, eso es fe en la humanidad. Eso queremos hacer con el mamey, sembrarlo en las escuelas y en los corazones. ¿Pueden los recuerdos de infancia y el amor a mi pueblo motivarme a ello?...Creo que si. Dios bendiga ese bucólico Cabudare que llevo en el corazón y que no permite que pierda la esperanza por un mundo mejor.



Rindiendo honores al mamey en la escuela "Romulo Betancourt", de la Urbanización Terepaima


Siembra en la Escuela Nicolás Patiño Sosa"
de la urbanización "La Mata"


Todas las manos a la siembra

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UN DIVIDIVI Y UNA CEIBA

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Un dividivi y una ceiba


Américo Cortez
Cronista de Cabudare


En nuestro municipio Palavecino existen dos árboles de especial significación y también deberían serlo de consideración. Un dividivi que vive latente, esperando que se dictamine si vive y una ceiba (jabillo), frondoso testigo vivo que cada día se resiste al maltrato y a que le digan jabillo, pues la sabiduría del pueblo cabudareño siempre le ha llamado ceiba y la fuerza de la costumbre se impone. Además ¿qué tiene de malo eso?.
El dividivi y la ceiba tuvieron bajo su sombra al hombre más grande de América,  Simón Bolívar, el 9 y el 10 de noviembre de 1.813, respectivamente, cuando recorrió los caminos de Cabudare. Esta semana pasada se cumplieron 204 años de ello.
Hoy el dividivi, del cual solo queda el tronco, vive bajo resguardo de la familia Rodríguez Parra, en Los Rastrojos, diagonal a la iglesia “Sagrada Familia”. Su más celoso cuidador Rafael, el morocho, ya no está con nosotros y recuerdo, cuando, en mi trabajo como cronista, programaba visitas a su casa, para que los niños recibieran la energía de ese tronco, aparentemente muerto, y que en su cuerpo han crecido flores y plantas ornamentales. ¿Será que aún hay energía en él?. El morocho le miraba como quien ve a un anciano esperando consejo y los ojos le brillaban de orgullo al contar la historia, al saber su alegría y responsabilidad de mantenerlo, cerca de su casa y su corazón. ¿Cuántos secretos del Libertador, tendrá guardados?, ¿Qué dijeron ese 9 de noviembre Palavecino y Bastidas a Bolívar al incorporase al ejército libertador?. Es necesario buscar la forma para saber si es posible sacar de su ADN unos hijos, para sembrarlos en las escuelas. ¿Cómo se verá un dividival, con los hijos del histórico, en la avenida Intercomunal de Cabudare a Los Rastrojos?. Lo otro que falta, es cumplir el proyecto que preparaba con el morocho de realizar en ese hermoso patio de su casa, “En el Dividivi”, una serie de actividades culturales: recitales, ponencias, charlas, tenidas, etc. Ello, seguramente sería el complemento que el morocho celebraría desde donde esté.
Otro caso similar pasa con la ceiba histórica de Cabudare, que tiene ya algunas ventajas. Forma parte del complejo llamado desde 1.965 Parque “Ezequiel Bujanda”, tiene a su lado el puente San Nicolás (1.865), la quebrada Tabure, la capilla “El Nazareno”, la cancha techada y el parque infantil. Allí se realiza todos los domingos el programa del Ateneo de Cabudare “Contemos bajo la ceiba”. Sin embargo necesita, debido a su edad, periódicos exámenes fitosanitarios y una recuperación total de los espacios adyacentes, que garanticen todo el parque y la permanencia del árbol en el tiempo. Fue denominado por la Gobernación del Distrito Palavicini el 12 de marzo de 1.946 como Monumento Histórico y es quizás el altar de la patria en Cabudare. Se realizaban bajo su sombra velorios del sepulcro, los viernes santos. Hubo navidades en que se le colocaban luces, cual arbolito. Se realizaban discursos electorales. Allí estuvo Luis Beltrán Prieto Figueroa y fue él quien públicamente dijo “no sé por qué lo llaman ceiba  si esto es un jabillo”.
Estamos preparando un vivero, para que sus hijos llenen el valle del Turbio, el Parque Terepaima y más. Se recuerda ese 10 de noviembre de 1.813 cuando Bolívar resolvía bajo su sombra como subir a la meseta, a la llamada batalla de Barquisimeto y como los cabudareños esperanzados en la libertad se sumaron al ejército.
Como símbolos naturales e históricos hay tareas que acometer para darles el merecido y justo lugar en nuestra historia.
La energía que el dividivi y la ceiba emanan, nos recuerdan la tarea que los maestros (as) y cronistas debemos llevar adelante. Profundizar en la querencia por lo nuestro, lo que resalta y profundiza la identidad.

Queda a Los Rastrojos y a Cabudare, a nuestro gobierno y a su gente la tarea. Y a ti morocho recordarte que “no hay plazos que no se cumplan, ni deudas que no se paguen”.



La ceiba (jabillo) y el puente "San Nicolás".
Vista desde el interior del parque, parte norte.



Restos del dividivi que cobijó al Libertador
en Los Rastrojos el 9 de noviembre de 1.810.
Hoy casa de la familia Rodríguez Parra.


El camino histórico por donde Bolívar entró a Los Rastrojos,
 a la altura de "Zanjón Colorao"


Vieja foto del Puente San Nicolás y la ceiba histórica

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HÁGASE LA LUZ

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

“Hágase la luz”

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Existen dos áreas de la vida que van de la mano, ya que su función, aunque muchas veces menospreciada, es fundamental para un desarrollo integral de un pueblo. Me refiero a la cultura y a la educación. Cuando se ven problemas, muchos dicen “falta educación” o “falta cultura”. Lo cierto es que está comprobado que los niveles de educación y cultura de un pueblo facilitarían las demás tareas en nuestra sociedad.

Un pueblo culto y educado tiene un mejor entendimiento del desarrollo del pueblo y su papel en él. Permite ocupar menos recursos en seguridad, aseo de las calles y parques, inversión en áreas públicas, que hoy día no se respetan y se dañan. Habría una ciudadanía más responsable y sería vigilante de lo que acontece. Esta responsabilidad no sería una carga, ya que la participación activa de muchos sería como dijo Simón Rodríguez “las cargas compartidas en sociedad son más livianas”

En Cabudare tenemos saqueados permanentemente los sistemas eléctricos del Parque “Ezequiel Bujanda”, La Plaza de los cultores (detrás del viejo estadio Terepaima, hoy estadio “Pedro José López Rivero”, el Monumento a Juáres, cercano a la entrada de Cabudare  e incluso los malhechores se roban las luminarias (si no las dañan) de la Plaza “Aquilino Juáres”, ubicada frente a la Alcaldía y Concejo Municipal. De igual manera sufre de desmantelamiento la Plaza Bolívar de Cabudare, en la cual se han llevado casi todos los bancos y la penumbra de noche la convierte en boca de lobo. Las penumbras causadas por los robos de luminarias de las plazas, aumenta la inseguridad.

Los Consejos Comunales, organizaciones sociales de todo tipo y la municipalidad, deben trabajar en conjunto, no solo reparando los daños a las plazas, sino creando y desarrollando planes de cooperación y educación, que hagan que los vecinos asuman responsabilidades directas, como lo establece la Constitución nacional y en los más jóvenes fomentar la conciencia necesaria para vivir en comunidad, con respeto a lo público.

Los planes culturales, recreativos y educativos que se puedan realizar en estas plazas, fomentarán la querencia necesaria. Como está la cosa hoy, toda inversión que se realice en estas zonas es perdida, pues deben acompañarse con proyectos de seguridad, convivencia ciudadana, recreación, educación y cultura. Participarían también grupos ecológicos y otros grupos organizados, incluyendo las diferentes corrientes religiosas.

En Semana Santa nos tocó pasar por dichas plazas y el comentario general es que necesario es organizarse para lograr la permanente contraloría y vigilancia, pues cada caso es particular y requiere participación activa de la gente.

En el caso del Parque “Ezequiel Bujanda” que contiene en sus espacios a: la ceiba histórica, el puente “San Nicolás”, la capilla del Nazareno, la quebrada Tabure, la cancha múltiple techada y el parque infantil, debe llegarse a acuerdos con las siguientes instituciones: Ateneo de Cabudare, Consejos Comunales del sector (pueblo arriba y pueblo abajo), comercios de la zona, parroquia San Juan Bautista de Cabudare,  las escuelas y colegios que utilizan la cancha techada y la municipalidad.
En el caso de la Plaza Bolívar: Destacamento de Tránsito terrestre, parroquia “San Juan Bautista”, Escuela “Ezequiel Bujanda” y Artesanal “Valmore Rodríguez”, comercios de la zona, consejo comunal del sector y municipalidad.
Con respecto a la plaza “Aquilino Juáres”, la plaza de los cultores y el monumento a Juáres deben participar: Consejo comunal del sector, municipalidad, grupo “Santa Bárbara en folklore”, Tamunangueros de Palavecino y comercios de la zona.
Todo por el principio de la corresponsabilidad que establece la constitución.


Trabajo en conjunto, en equipo, en comunidad, en alianza, etc. Lo podemos llamar como queramos, lo importante es la participación y cooperación solidaria de todos, para rescatar estos espacios, hoy esperando nuestro compromiso.




La ceiba histórica y el puente "San Nicolás"



Plaza "Aquilino Juáres" reconstruida en el año 2.000



Plaza Bolívar de Cabudare, vista desde la calle "Juan de dios Meleán", lado oeste.




Monumento a Juáres,
donde existió la casa de su nacimiento

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