miércoles, 13 de abril de 2016

DESACIERTOS Y DESAFUEROS EN CABUDARE


CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Desaciertos y desafueros en Cabudare

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

La historia de Cabudare está llena de acontecimientos, de decisiones, que al tiempo, cuando ya no es posible remediarlos, se les reflexiona para seguir tropezando con la misma piedra. Lo que expongo a continuación son algunas decisiones que con el tiempo causaron problemas en el desarrollo y en la vida del pueblo de Cabudare.

1º. El viejo cementerio de Cabudare. Fue construido a mediados del siglo XIX, y que aún tenía capacidad, para llegar al siglo veintiuno con espacio para recibir a los del sueño eterno. Por una decisión de la municipalidad, a principios de los 70´s, se permitieron las construcciones a su alrededor, en terrenos reservados para su crecimiento, en lo que hoy es parte de la comunidad de Las Acacias. Esto hizo que el campo santo colapsara y a finales del milenio tener que buscar otro terreno que se ubicó cercano al Fuerte Terepaima (las Cojobas) para el nuevo cementerio. Como me dijo un cabudareño “ya los cabudareños no se entierran en Cabudare”.

2º. La iglesia San Juan Bautista de Cabudare. Inaugurada formalmente en 1.835, empezó a mediados del siglo XX a tener problemas de estructura, pero no fue sino hasta finales de los setentas, cuando una decisión de la municipalidad la puso en riesgo. Existía en la calle Domingo Méndez, a doscientos metros del cementerio, un puentecito, al cual acompañaba un viejo cují. Debajo del mismo corrían las aguas de las lluvias que iban a parar a la quebrada Tabure, lo que evitaba que todo ese torrente llegara hasta la iglesia. Con el echado del asfalto, se tapó esa quebradilla y el rio de agua fue minando las bases y el suelo de la iglesia, ya que no se hicieron drenajes, poniendo en peligro esta estructura, patrimonio histórico y arquitectónico de Cabudare, hasta que debió hacerse un profundo trabajo que duró más de 10 años, dejando a la feligresía sin templo por ese periodo.

3º. Avenida “Pbro. Daniel Vizcaya” conocida como La Mata. Cuando a principios de los 60´s se construyó se tenían destinados seis canales. Sin embargo se construyeron cuatro y se dejó una especie de vía de servicio al costado. La municipalidad, a principios de los 80´s, permitió se tomara parte de “la vía de servicio” para la construcción del estacionamiento del Centro Comercial Terepaima 1 y de Enelbar. Al realizar la ampliación de la avenida, quedó el embudo al llegar a la entrada de Cabudare. Nadie pensó que Cabudare se convertiría en la ciudad de hoy.

4º. Urbanización Los Pinos. Construida a finales de los 60´s. Tenía un terreno, de más de una hectárea, destinado para la construcción de escuela, casa comunal, parque infantil  y demás. Inexplicablemente, el terreno se vendió a un privado y un buen día se empezaron a construir casas de platabanda, cercenando el derecho de los vecinos a ese espacio. Ahora, todos los niños deben pasar la avenida La Mata, para ir a la escuela más cercana, con los riesgos que esto encierra.

5º. Plaza La Ceiba de Los Pinos. Quien ve la hermosa ceiba de Los Pinos, sabe que fue correcta la decisión de hacer la plaza allí, pero debió dejarse suficiente espacio para proteger al árbol y evitarle problemas a los vecinos. Se construyeron casas tan cerca, que en algún momento habrá que decidir entre las casas o el árbol.
Podría seguir hasta el infinito y algún momento lo haré, porque han sido desafueros y decisiones desacertadas tomadas, debo pensar, algunas sin mala intención, otras quizás, por intereses particulares, pero todas sin la debida planificación. Con el tiempo afectaron la vida de nuestras comunidades. Para la reflexión nos queda la posibilidad de vernos reflejados en ellas y buscar no sigan sucediendo. Igual ha pasado con la denominación de algunas infraestructuras, pero ese es otro cuento, que pronto colocaré en estas líneas, para la consideración de todos.


Si una cosa aspiran en este siglo XXI las comunidades y ciudadanos de Cabudare es que se les consulte, en las decisiones, que siempre afectan su vida presente y futura.


Pronto llegará el momento, la ceiba o las casas. La triste decisión. Algunos han intentado envenenar a esta hermosa ceiba, echándole aceite quemao. ¿quiénes pueden ser?, seguramente a quienes les molesta la majestad de la naturaleza.



El cementerio de Cabudare, lleno antes de tiempo. No se pensó jamás que los terrenos alrededor del campo santo eran necesarios para su crecimiento natural. Primero se permitió que se invadieran y luego se hicieron las casas, acabando con la posibilidad de tener en el siglo XXI cementerio en Cabudare.



El embudo de la Avenida "Presbítero Daniel Vizcaya" o La Mata. Una prueba más del poco sentido de futuro de nuestros gobernantes. Se debió dejar el espacio para la prolongación de los canales de circulación, pero con aquella manía del progreso por encima de todo, se permitió que el edificio de ENELBAR y del Centro Comercial Terepaima I hicieran sus estacionamientos, del lado de la avenida, ocupando más terreno del debido y así se castró la posibilidad de tener una avenida para estos tiempos.

El terreno que debió ser para la escuela de Los Pinos. En esta manzana se aspiraba construir, no solo la escuela, sino, el parque infantil, la casa comunal y terminó convirtiéndose en casas. 



En esta esquina estaba el puentecito. Se contaban leyendas del viejo puentecito, donde se sentaban en las tardes los parroquianos a conversar. Pasaban allí algunas veces los borrachitos la noche, o mejor dicho la pea y algunos presenciaron el paso de las ánimas hacía el cementerio viejo de Cabudare. Al cerrarlo las aguas de las lluvias pasan hacía la iglesia de Cabudare.


Por la calle Domingo Méndez bajaba el agua que casi 
acaba con la iglesia. 


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