lunes, 18 de abril de 2016

SOBRE TARABANA Y SU DISTRIBUIDOR

CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Sobre Tarabana y su Distribuidor

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

En lo que hoy llamamos Palavecino, existe Tarabana. Uno de los topónimos más antiguos de nuestro municipio. No solo expuesto en los escritos de Nicolás de Federman, Damián del Barrio, el Obispo Martí, Juan de Dios Melean, el Hermano Nectario María, Silva Uzcátegui, Ambrosio Perera, Taylor Rodríguez, Julio Álvarez Casamayor, por nombrar algunos, quienes han coincidido en todas las posibilidades: el antiguo sitio, el espacio geográfico, el topónimo, el caserío y los estudios históricos; en donde la importancia que siempre tuvo lo que llamamos Tarabana, se pone de manifiesto. No es solamente el sitio donde se construye el elevado, sino, la llamada desde tiempos remotos, Sabana de Tarabana. Para darnos una idea del asunto, la sabana de Tarabana ocupaba lo que hoy denominamos Cabudare (desde la plaza Bolívar con la avenida Libertador hacia el oeste) con las siguientes comunidades: Pueblo Arriba, Pueblo Nuevo, parte de Las Acacias, la Fortunato Orellana, La Terepaima, las tres etapas de la Chucho Briceño, San Genaro, Blanquita de Pérez, Mariano Navarro, Tarabana 1 (el culebrero), Tarabana 2, Tarabana 3, Santa Eduviges, El Peñusco, Santa Cecilia, Agua Viva y más. Por supuesto el viejo caserío, ubicado en donde atraviesa el camino histórico de Zamurobano, por donde pasaron: Bolívar, Ribas, Urdaneta, Zamora y otros. Aún quedan algunas casas del caserío y en él, la hacienda Santa Rita, los restos de la Hacienda Tarabana con la capilla de Las Mercedes.
Tarabana como caserío existía antes que Cabudare. Juan de Dios Melean, en su ensayo sobre Cabudare, da cuenta de la gran cantidad de cultivos que se desarrollaban allí y Yépez Azpárren (en su libro Tarabana) cuenta como las haciendas del cañamelar conquistaron la mayor cantidad de superficie sembrada en el valle. Esto explica, porque este espacio llamado Tarabana fue sede de dos de los asientos de lo que hoy llamamos Barquisimeto, antes de irse a la actual ubicación. E          xistió en el propio caserío el “Central Tarabana”, el procesador de caña más importante en el Valle del Turbio, hasta la aparición del Central Río Turbio en 1.955.
Allí, en Tarabana estuvo uno de los primeros cines de Palavecino que llevaba Enrique Perláez y que funcionaba los fines de semana en la Posada “El Sol” de Ramón Bravo, para los trabajadores del Central Tarabana, Santa Rita y los vecinos del lugar y del Peñuzco. Igualmente se realizaba la fiesta en honor a la virgen de las Mercedes (24 de septiembre) y a Santa Rita (22 de mayo). De allí se podía ir a El Carabalí, Agua Viva, Barquisimeto y Cabudare, un viejo distribuidor.
Cuando nos enteramos de la intención de la Gobernación de colocar al Distribuidor “Tarabana”, el nombre de Distribuidor “Bellas Artes”, no pudimos más que sorprendernos, ya que al comenzar las obras de la Avenida Hermano Nectario (la Ribereña) en acto en el sitio donde hoy se construye el elevado, el 10 de octubre de 1.991, el gobernador Mariano Navarro  declaró: “Aquí, desde lo que en un futuro cercano será el Distribuidor Tarabana…”. Igualmente aparece esa denominación de Distribuidor Tarabana en el Plan Rector de Vialidad de Palavecino, así como lo dice la actual la valla colocada en el lugar. Además la Ley de Régimen Municipal establece la competencia que tienen las municipalidades a la hora de denominar, previo estudio, los espacios, siempre con el interés de salvaguardar los topónimos y las denominaciones de larga data. Así se evitan los problemas y mal entendidos  que siempre suceden cuando no se consulta.

Nos preguntamos, ¿Se consultó a la municipalidad?, ¿a los cronistas de Palavecino?. En reunión de la Comisión de Cultura del Concejo Municipal se acordó Solicitar al Gobernador de Lara que manteniendo el nombre de Distribuidor “Tarabana” se le llame al Paseo “Bellas Artes”. De esta manera mantenemos uno de los topónimos más antiguos de Palavecino. Ojalá la sensatez se imponga y reivindiquemos a nuestros ancestros, en una obra tan importante como el Distribuidor “Tarabana” y su paseo “Bellas Artes”.



Como lo dice la valla colocada en el lugar de la construcción "Distribuidor Tarabana"




Este podría llamarse el antiguo distribuidor Tarabana, ubicado en el caserío. A la derecha se va hasta El Carabali y Yaritagua, pasando por la embotelladora Pepsi. A la izquierda va hacia El Peñuzco y Agua Viva, Siguiendo hacia adelante se llegaba a Barquismeto y regresando (desde donde se tomó la foto) hacia Cabudare. Este es el camino histórico que recorrió El Libertador en 1.813 y 1.821. También pasaron por aquí José Felix Ribas, Rafael Urdaneta, Ezequiel Zamora y otros. Por ello solicité se hiciera el Paseo Libertador o Bicentenario, recorriendo desde aquí, pasando por la Avenida Libertador de Cabudare y la Avenida Bolivar de Los Rastrojos hasta Zanjón Colorao. Sería un hermoso paseo, con todos los sitios históricos que se encuentran en la ruta.


El Distribuidor Tarabana de este a oeste.



El Distribuidor Tarabana de norte a sur.



Las ruinas del Central "Tarabana", a doscientos metros del distribuidor. Fue la procesadora de caña de azúcar más importante del valle del Turbio, hasta 1.955, cuando nació el Central "Río Turbio". Hoy este espacio es administrado por la Universidad Campesina "Argimiro Gabaldón", quienes aspiran rescatarla, para intereses culturales e históricos.


La capilla "Las Mercedes". Al lado izquierdo la hacienda y el trapiche, al lado derecho el camino histórico de Zamurobano

Vista aérea del Distribuidor "Tarabana". A la derecha hacia Barquisimeto, a la izquierda hacia Agua Viva y desde el elevado hacía Valle Hondo y Cabudare. Al fondo las tierras del Peñuzco

Una de las pocas casas que quedan en el caserío Tarabana. Podríamos decir "de lo viejo a lo nuevo". Observese en el techo la antena de Direct Tv

Las ruinas de la Hacienda Tarabana vista desde
 la Avenida Ribereña

Vista trasera de la capilla "Las Mercedes"


"La Posada del Sol" en la casa de Ramón Bravo. Allí pernoctaban trabajadores de los centrales azucareros, viajeros y algunos que querían echar una canita al aire. Dicen voces que la usaban algunos empleados y peones, "pa´ aliviase", ya que eran oriundos de Curarigua y El Tocuyo y no podían ir los fines de semana a sus hogares. Los fines de semana se pasaban películas con un equipo que llevaba Enrique Perlaez. A la izquierda, el camino que pasando por El Peñuzco iba hacía Agua Viva.


























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