martes, 5 de abril de 2016

LAS PROCESIONES DE CABUDARE SIN MAURO BRAVO


CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES

Las procesiones de Cabudare sin Mauro Bravo

Américo Cortez
Cronista de Cabudare

Como todos los años desde hace sesenta años el pueblo de Cabudare esperaba que apareciera, como siempre con su saxo tenor, cargando a cuestas sus años, sus historias, sus anécdotas, su vida misma, que le ha dado tantas satisfacciones a él, su familia y sobre todo a Cabudare. El músico que más ha construido historias musicales sobre nuestro pueblo, el que más ha derramado sentimientos en sus composiciones por este espacio de Dios que se negó a morir, varias veces. Unas por los azares de las guerras, otras por las epidemias y podríamos decir que otras por gobernantes irresponsables, no comprometidos con la tierra de Juáres, Palavecino y Bastidas.
Siempre ha sido su reclamo ¿Por qué Cabudare no merece se le cuide y se le dignifique? ¿Por qué los cabudareños no luchan por su pueblo?. Acaso es cierta aquella supuesta maldición de la que habla Julio Álvarez Casamayor que aconteció hace muchos años, tantos que ya nadie recuerda, cuando un cura que fue maltratado en Cabudare maldijo para siempre esta tierra.
Siempre he pensado que no existe tan maldición, lo que si existe es el poderoso influjo que siempre Barquisimeto tuvo sobre Cabudare, casi siempre abusando de sus valles y su gente. De algunos gobernantes irresponsables y de gente que no retribuye a nuestro pueblo, el cariño que le ofrece a propios y extraños que deciden vivir aquí.
Mauro, venía amenazando con su retiro, ya que no es fácil tocar en las procesiones, caminando y tocando. El cuerpo de nuestro querido gladiador está mermado por la edad y el trajín de tantos años tocando. Algunos como yo, no nos resignamos a la idea. Mauro es parte del paisaje de la semana santa en Cabudare, tanto como la iglesia y el glorioso Nazareno, al cual su madre Toribia le prometió que su hijo, que estudiaba música tocaría para su gloria. Compromiso al cual Mauro no faltó en 60 años. Por eso al encontrarme allí frente al portón central de la iglesia San Juan Bautista de Cabudare y no tener a un costado a Mauro Bravo, fue una sensación extraña. No escucharlo marcar el comienzo de su marcha “Al Nazareno”, con la cual siempre arrancamos, no verle seguir con sus ojos la imagen alejándose de nosotros, no sentir rondando, el alma de su madre, bendiciéndole, fue momento combinado de nostalgia, tristeza, melancolía y también alegría, de saber que Mauro cumplió la promesa por 60 años por su madre y su pueblo.
Sin embargo, Mauro siempre tiene una carta guardada. Sorpresa, Mauro se apareció el miércoles santo, el día del glorioso Nazareno, el día de la promesa de su madre, el día en que los cabudareños se reencuentran y vuelven a florecer las anécdotas de los pícaros y jocosos parroquianos.
“La promesa sigue”, dijo y nos dimos el gusto de tocar “Al Nazareno” a la salida del santo, luego “A un amigo” en el Centro de Especialidades y “Al Chispa” en la esquina de la familia Bernal. De allí, sabiendo el largo trayecto que faltaba le sugerimos que nos esperara en la Plaza Bolívar para tocar la entrada o llegada del Nazareno, y con el dolor de su alma aceptó. Hicimos el recorrido por la calle Juan de Dios Ponte, pensándolo, hasta la esquina de “La Rosa del Viento” y volvimos por la Avenida Libertador. Al llegar a la iglesia, allí estaba, ansioso, para recibir al santo de sus amores y los quereres de su madre. Una vez más Mauro cumplió. Tocamos dos marchas más y concluimos.
Al terminar, la despedida. Esta vez llena de encontradas emociones. Ya sabíamos que el regalo que Mauro le dio ese día a Cabudare, no se repetiría en lo que quedaba de semana santa. Al llegar a mi casa, me quedé largo rato pensándolo y deseándole larga vida.
Aspiro, que el Nazareno de Cabudare le proteja y pueda regalarnos el próximo miércoles santo, otra procesión con él y su saxo. Verle elevando su mirada al Nazareno y desde el cielo, su madre, con su infinito amor le siga bendiciendo.

Que Dios te acompañe maestro, que la infinita misericordia te cubra y sigas queriendo a Cabudare, como siempre.


Laudir de la costa Cortez, con el tambor, quien cumple la responsabilidad del siempre recordado Roseliano Camero, desde hace dos años y Mauro Bravo. La foto se tomó en la entrada de la Escuela de Especialidades "Luisa Cáceres de Arismendi". 2.016


El Nazareno en procesión. Como siempre el pueblo de Cabudare se desborda el miércoles santo. La foto fue tomada exactamente en la calle Juan de Dios Ponte, pasando el santo por casa de Negda Alvarez. 2.016


Nos dijo Mauro Bravo cuando apareció con Luis Rodríguez a tocar el miércoles santo "la promesa sigue" y estoy seguro que así será mientras Mauro tenga salud para acompañarnos. 2.016 


Mauro Bravo, Luis Rodríguez, Américo Cortez y Johnny García, tocando la marcha " A un amigo". La mayoría del repertorio que se toca en las procesiones de Cabudare ha sido compuesto por Mauro Bravo. 


Sale El Nazareno y siempre estará el alma de su madre Toribia.


Feligresía, fe y música de Mauro Bravo. Esta foto de este año 2.016 fue tomada mientras rondaba la procesión la Plaza Bolívar, específicamente en la calle Santa Bárbara, llegando al cruce con la calle Juan de Dios Melean.

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