CABUDARE,
BUCOS Y MAMEYES
Carta al Niño Jesús
Américo
Cortez
Cronista de
Cabudare
Cuando éramos niños,
la mayor nota explicativa posible era la carta al niño Jesús. En ella iban
nuestros anhelos, deseos y demás, solo que la mayoría de las veces iba
condicionada por “el asesoramiento” de nuestros padres, quienes orientaban las
peticiones.
Hoy quiero escribir la carta al niño Jesús, ubicado en el pasado, el presente y el futuro, manteniendo algunas cosas que siempre pedía. La dedico a mis contemporáneos y a los que siempre quieren lo mejor para Cabudare.
“Querido Niño Jesús. Te pido la bendición y te participo que antes que decidas traerme algún regalo, sepas que me he portado bien y hago mucho caso a mi mamá y a los mayores.
Te pido por la paz
del mundo, quiero un mundo sin guerras, donde todos los niños puedan ser
felices y aunque sé que eso no es suficiente, podría ser el comienzo de un
mundo mejor. Que todos tengan un hogar, salud, unos padres que los quieran y
una familia unida. Quiero que todos cuidemos la naturaleza, que no maltratemos
los ríos, los árboles y los animales. Que entendamos que todos somos seres de Dios
y la forma de convivir con todo lo hermoso del planeta es protegiéndolo.
En lo que respecta a
mi país, quiero la unidad de todos, la convivencia, la solidaridad, la
concordia, el respeto y la alegría que merecemos. De esta manera podremos unir
las fuerzas para hacer de nuestra patria, la más hermosa del mundo. Que desde
otras partes del mundo permitan y entiendan que nuestro país puede resolver problermas
en dialogo y franco compromiso.
Para mi Estado Lara,
quiero que nuestras tradiciones que son el fundamento de nuestra identidad, las
protejamos y no se trata de hacer eventos. Son las escuelas y sus maestros y
maestras, los centros culturales y las instituciones los primeros en
entenderlo.
Para mi querido
Cabudare y todo el municipio, quiero un gran acuerdo entre los que gobiernan y
los que no, solo así podremos tener una hermosa ciudad. Vigilar que las viejas
casas y espacios que son nuestro patrimonio, sean protegidas. Debemos todos
vigilar que se cumplan las leyes y que los vecinos y vecinas practiquen la
convivencia ciudadana. El problema del agua, del aseo, de la energía, de la
contaminación, del Parque Terepaima, del Valle del Turbio y otros no se
resolverán sin ese gran acuerdo entre los que vivimos y trabajamos en
Palavecino.
Ahora, luego de
estas peticiones, si quiero pedir otras cosas. Las que viven en mi corazón.
Quisiera probar de nuevo, las más variadas experiencias que me ofrecían los
parroquianos cabudareños: Los suspiros de la niña Riquilda, las alfajoras y
biscochos cabudareños de Juan Tista Alvarado, la avena de Simón Valera, el
dulce de mamey, la chicha de Emilio Rodríguez, la resbaladera de los Pérez
Escalona y las hallacas de mi mamá.
Sé que es difícil o
imposible, pero quisiera ver un templete animado por Teodoro Vásquez o Freddy
Meléndez, una Noche Criolla con el Conjunto del Liceo “Jacinto Lara”, las misas
de aguinaldo con el Padre Lettini, los chicharrones de “Coco ´e mono”, los
mondongos del Restaurant Lisboa del barrio Turén, un pesebre de Pedro Escalona,
los carnavales en la Avenida Libertador, la vieja radio Terepaima, jugar béisbol
con el Juáres, futbol con el Poder Negro, volibol con el Parque INAN,
baloncesto con Sacrafogos e ir a las fiestas a “arrocear” con Lázaro, Enrique,
César y Pepe, las fiestas patronales de San Juan y San Rafael, lo demás sería
un lujo. Es una tarea difícil para ti, por eso tráeme lo que puedas, porque sé
que estás ayudando a tanta gente en el mundo y no debo ser egoísta. Me conformo
con la salud, la esperanza y la eterna alegría de mi familia. Bendíceme y no te
olvides de mí, que todos los años te espero en Diciembre, por los regalos,
aunque vives en mi corazón.”
proyectoculturalsarao.blogspot.com
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