CABUDARE,
BUCOS Y MAMEYES
Cuidar la Semana Santa
Américo
Cortez
Cronista
de Cabudare
Las
tradiciones sobrevivirán si sus pueblos así lo quieren. Esta afirmación la he
pensado siempre. No bastan los esfuerzos de gobiernos e instituciones, si las comunidades
donde existen las tradiciones no las aman o quieren. Por supuesto hay tantas
cosas que atentan permanentemente contra ellas y la acelerada vida que
llevamos, no nos deja reflexionar y repensar nuestras tradiciones, al punto que
organizar planes desde la comunidad para mantenerlas en vigencia es harto
difícil.
Esta semana santa que terminó ayer domingo es otra demostración de lo que escribo. Sin menospreciar los esfuerzos de la parroquia de Cabudare, que se dedican fundamentalmente a las actividades litúrgicas, no podemos negar, que incluso las tradiciones religiosas que les corresponden a ellas también están en riesgo.
Se logró
recuperar con la creación de la Cofradía del Nazareno, la tradición de cargar
en hombros al Nazareno de Cabudare. Por otro lado ya no sonaron las matracas,
que el jueves y viernes santo suplantaban a las campanas.
La música,
en ausencia del sempiterno Mauro Bravo, quien se retiró luego de 60 años de
marchar en las procesiones estuvo a cargo de Daniel Alvarez, Dagny León, Laudir
de la costa Cortez y quien escribe. Creo que con todos los defectos la música sonó
bastante bien.
El domingo y
el lunes hubo ausencia total de los vendedores tradicionales y recordé a mi
madre quien dice “procesión sin cotufas no es procesión”. Luego los herederos
de León Onofre Barragán aparecieron y salvaron el resto de la semana la
tradición del raspao, la cotufa y el algodón de azúcar. Ya los niños no venden
chicles y a cambio se venden desde donas y otros dulces que desplazan a los
tradicionales.
Se deben complementar
los oficios litúrgicos con otras actividades culturales, incluso preparar un
plan de turismo religioso. Cabudare ofrece la virtud de tener los santos para
cada día: Jesús en el huerto, Cristo en la columna, la Humildad y Paciencia, el
Nazareno, la Santísima cruz y el Santo Sepulcro que salen cada día hasta el
viernes santo acompañados por la Virgen La Dolorosa y Juan el Evangelista.
Se podría
hacer concursos de dulces tradicionales de la semana mayor, como los buñuelos,
el dulce de batata, majarete, arroz con leche y coco, cabello de ángel, lechosa
con piña, la sabrosa bebida “resbaladera”. Igualmente exposiciones
fotográficas, conciertos sacros y demás, que potenciarían nuestra semana santa
y sus tradiciones. Traer delegaciones religiosas que tomen espacios alternos a
la iglesia San Juan Bautista y desarrollen actividades recreativas, sobre todo
con los niños y jóvenes.
Aún en la
ruta de las procesiones contamos con la solidaridad de familias que aún ofrecen
velas y estampitas y se colean algunos buñuelos revolcaos en papelón o con
miel, como los de la familia Bernal, que espero con ansiedad cada miércoles
santo.
Espero que
la parroquia San Juan Bautista de Cabudare y la municipalidad realicen una
evaluación al respecto, ya que el año próximo se conmemora el Bicentenario de
la Parroquia Cabudare y debe crearse la Comisión al respecto y preparar el plan
de acción para darle la lucidez que se merece tan importante fecha.
Vi muchos
huecos en las calles de la ruta de las procesiones y además penumbra total en
el puente San Nicolás y la ceiba histórica e incluso varios días falló el
alumbrado en la Plaza Bolívar de Cabudare. Todo lo expuesto debe servirnos para
empezar a resolver lo que corresponda y trabajar en equipo para preservar las
tradiciones de semana santa y además un motivo para impulsar el turismo
religioso y el apoyo a los emprendedores de restaurantes, posadas, dulceras y
otros que seguramente apoyarán estas iniciativas.
Por ahora
espero que el milagroso Nazareno de Cabudare obre en los corazones de quienes
tenemos responsabilidad y deberes que cumplir en el mantenimiento de nuestras
tradiciones, que más que religiosas, son parte de la vida de mi pueblo.
@proyectosarao
En Semana Santa, es obligada la parada del Nazareno en su capilla. Luego de realizar la ruta y volviendo a la iglesia se le rinden honores en su original casa
El Nazareno en casa de los Pérez Escalona, donde estuvo por más de 10 años, cuando la tortuosa "restauración" del templo matriz.
Capilla del Nazareno reconstruida a principios del siglo XX y recuperada varias veces. La original (del siglo XIX) era de tamo con paredes de adobes. Esta capilla queda en los terrenos que fueron de José Francisco Méndez. quien trajo la imagen a Cabudare. Por disputas familiares la imagen del Nazareno pasó a la iglesia San Juan Bautista a la capilla que se le construyó en el ala norte de la iglesia.
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