CABUDARE, BUCOS Y MAMEYES
BENICIO RIVERO, MAESTRO DE VELORIOS
Américo
Cortez
Cronista de
Cabudare
Dedico a la familia Rivero Perlaez, albaceas de la
tradición del viejo Benicio
Con mayo florecen
las flores, las cosechas se apresuran y los cantos a la santa cruz se
convierten en las oraciones que los pueblos ofrecen en agradecimiento al
supremo. En Cabudare, como en todo el estado Lara, estos cantos son muy sentidos.
Los cantores de velorios y ofertantes de promesas al santo madero rinden
pleitesía con devoción y entrega.
Este es el caso de
Benicio Rivero, quien durante toda su vida se dedicó a su trabajo, a su familia
y a la canturía. Nacido en Quebrada Alta, cercano a Siquisique, el 17 de
septiembre de 1.928. Sus padres Néstor Bello e Hidlefonza Magdalena Rivero.
Compartió su niñez, en los campos de Urdaneta con 8 hermanos: Eloy, Salvador,
Alberto, Joaquín, María, Salomé, María Cleofe y María Miguelina. Estudió hasta
el 4to grado con el maestro Nicolás Meléndez y comenzó a cantar parrandas y
aguinaldos con Néstor Meléndez, sobrino del maestro.
A principios de los años
cuarenta llegó a Cabudare y en los Rastrojos completó el sexto grado. Trabajó
en las haciendas de los Rastrojos. Luego en Barquisimeto como policía y taxista.
Su perseverancia lo hace alcanzar el tercer año y consiguió con ello ascender a
sargento de la policía.
En 1.958 entra a
estudiar en la P.T.J. y allí aprovecha para sacar el bachillerato por
correspondencia. Con el tiempo asciende. Al final de su carrera es jubilado
como Comisario.
Trabajando en las
haciendas empezó a escuchar a los velorieros. Conoció a Hilario Tamayo, quien
le enseñó las primeras canturías.
Cuando pequeño
estando en Siquisique, su abuelo Román Marchán, rezandero y veloriero, le había
motivado al canto. Pero fue en Palavecino donde oyó y siguió las huellas de maestros
como: Hilario Tamayo, Gerónimo Páez, Andrés González, Gerardo Rodríguez y otros
que le entusiasmaron y con ellos cantó su primer tono y décima en un velorio a
San Antonio. La alegría y sorpresa al ver a aquel muchacho dando letra, tocando
el cinco y cantando, les llevó a exclamar “este muchacho va a ser maestro de
velorios”.
El impulso estaba
dado y Benicio, además de su trabajo y la atención a su familia comenzó a
estudiar y a escribir tonos y décimas para tener su propia canturía.
Lo tenía claro. Se
necesita disciplina y estudio para ser maestro de velorios. Aprenderse las
cuartetas, los pies, las letras, en fin, todo el arte de ofrecer a lo sagrado
las bendiciones del canto profundo de nuestro pueblo.
Comenzó a participar
en velorios en el Tocuyo, Humocaro Alto, Barquisimeto, Cabudare y otros pueblos,
donde siempre demostró respeto a la canturía y sus cantores.
Se consagró a la
sabiduría ancestral de los cantos a: la Cruz de Mayo, San Antonio, San Rafael,
el Santo Sepulcro, Velorio de angelito, rosarios cantaos, aguinaldos larenses, Gozos
a San Antonio, Salves, Tonos, Décimas, Rondiamantes, Tortolas, Amables, Recitaos,
Tonos de partida y otros.
Por otra parte
cultivó la amistad sincera y fraternal con todos los que le buscaron para
aprender la canturía y los que compartieron sus cantos.
Siempre estuvo
dispuesto a colaborar con los velorios a donde le invitaban y aunque algunos le
llamaban “el hombre de los zapatos brillantes”, siempre extendía la mano y el
aprecio a quien a él acudía.
Benicio Rivero hizo
de su vida: trabajo, amor a la familia, amistad y canturía. Su esposa Georgina,
quien hoy le recuerda con amor y respeto, le dio los tesoros más grandes de su
vida, sus hijos: Benicio Segundo, Nohemí, Carmen, Moralba, María, Luisa, Nestor
y Francis. Ellos, sus nietos y sobrinos cultivan el legado del viejo Benicio,
que desde el cielo les motiva, como en vida, a seguir la senda de lo nuestro,
nuestros cantos y nuestras tradiciones. Benicio Rivero se entregó a los brazos
del señor el mismo día que nació, un 17 de septiembre del año 2.014, cuando
cumplía 86 años. Larga vida a su legado cultural. Este año la Cruz de Mayo le
dará el descanso eterno.
Visite en youtube,
nuestro canal “proyecto sarao” donde está el video sobre Benicio Rivero
“Maestro de Velorios”.
@proyectosarao
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Benicio Rivero cantando al Santo Sepulcro |
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Cantos en la procesión del Santo Sepulcro de Cabudare, el viernes santo. Desde la Cruz Salvadora hasta la iglesia San Juan Bautista de Cabudare. En la foto delante del Sepulcro y de izquierda a derecha: Gil Camacaro, Pio Rodríguez, Diego Yépez, Coromoto Rivero y Benicio Rivero |
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Con Georgina, su amada esposa. |
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Con hijos, nietos, yernas y amigos, cantándole a la cruz de mayo. |
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Probando la afinación |
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Rindiendo honores a la Cruz Salvadora |
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Velorio de Cruz de Mayo en la Radio Comunitaria Kabudari |
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San Antonio siempre guió sus pasos. |
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Siempre al lado del santo madero. |
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Decía Benicio "las canturías son oraciones". |
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Benicio Rivero. !Viva su legado! |
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